Pakistán: “Las acusaciones de Estados Unidos son absurdas”

El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, desestimó sospechas de «incompetencia» de su gobierno manifestadas en Estados Unidos tras la muerte de Osama Bin Laden, pero anunció una investigación para determinar cómo el líder de Al Qaeda pudo vivir años en Pakistán sin ser detectado. «Las acusaciones sobre complicidad o incompetencia son absurdas», dijo Gilani ante el Parlamento, y desestimó así las declaraciones del presidente Barack Obama, que sostuvo en una entrevista con la cadena CBS que Bin Laden contaba con una «red de apoyo» en Pakistán que podría proceder «de dentro o de fuera del Gobierno».

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«Nosotros no habíamos invitado a Bin Laden a venir al país», agregó el premier paquistaní, que compareció ante la Asamblea Nacional para explicar la operación militar estadounidense en la que asesinaron al líder de Al Qaeda, efectuada a escasa distancia de Islamabad y sin conocimiento ni autorización de Pakistán.

En su comparecencia, Gilani advirtió que las acciones unilaterales como la efectuada por los estadounidenses contra Bin Laden pueden acarrear «graves consecuencias», aunque aseguró que su Gobierno concede «gran importancia» a las relaciones con Estados Unidos, informó la agencia de noticias Europa Press.

Sin embargo, ante la posibilidad de que Estados Unidos pudiera tener como objetivo sus instalaciones nucleares de su país, el primer ministro paquistaní remarcó que cualquier ataque contra «objetivos estratégicos, cubierto o encubierto, tendrá respuesta».

«Pakistán se reserva el derecho de responder con toda la fuerza. Nadie debe subestimar la capacidad o resolución de las Fuerzas Armadas de nuestra nación para defender nuestra sagrada patria», advirtió.

Gilani defendió además el papel de los servicios de inteligencia de su país (ISI), de los que algunas potencias sospechan que podrían haber ocultado a Bin Laden y aseguró que «hubo fallos de inteligencia», pero «no sólo nuestro sino de los servicios de inteligencia del mundo».

Asimismo, Gilani aseguró que con la muerte de Bin Laden se hizo justicia «ya que Al Qaeda declaró la guerra a Pakistán, y su eliminación (de Bin Laden) avala el éxito de la campaña antiterrorista».

En Washington, el vocero de la Casa Blanca, dijo que su gobierno no se disculpará por la operación en la que murió Bin Laden.

El portavoz Jay Carney dijo que Washington toma en serio las quejas de Pakistán pero agregó: «Nosotros tampoco nos disculpamos por la acción que adoptó el presidente».

Carney dijo que Obama procedió convencido de que tenía «el derecho y el imperativo» de realizar el operativo contra el líder de Al Qaeda y agregó que el presidente dijo durante su campaña que actuaría para apresar a Bin Laden en Pakistán si llegara a ser necesario.

El vocero señaló además que Estados Unidos aún procura obtener la cooperación de Islamabad para tener acceso a tres de las viudas del líder extremista que están detenidas en Pakistán y podrían tener información vital sobre la organización islamista.

El premier paquistaní también anunció que un general de alto rango investigará cómo el hombre más buscado del mundo pudo vivir durante años en uno de los principales bastiones militares de Pakistán.

«Estamos decididos a llegar hasta el fondo del cómo, cuándo y el por qué sobre la presencia de Osama bin Laden en Abbottabad», ubicada a casi 60 kilómetros al noreste de Islamabad.

Las palabras del primer ministro no convencieron al líder de la oposición paquistaní, Nisar Al Kahn.

«Rechazamos el discurso ya que ha ayudado poco a aclarar cómo cuatro helicópteros entraron en Pakistán, aterrizaron en nuestro territorio y estuvieron allí durante una hora y media», apuntó Al Kahn.

El ministro de Interior paquistaní, Rehman Malik, aseguró por su parte que ningún miembro del gobierno paquistaní dimitirá tras los acontecimientos de los últimos días.

«Nadie dimitirá, ni el ministro de Interior, ni el primer ministro, ni el presidente ni el jefe de los servicios secretos», dijo Malik en declaraciones a la prensa local.

En los últimos días, tanto la oposición como miembros del partido de Gilani reclamaron responsabilidades a la cúpula del gobierno tras la operación de Estados Unidos, de la que Pakistán no tuvo conocimiento antes.

«Nos enteramos de la operación 15 minutos antes», explicó Malik.