Impresionantes explosiones en China dejan decenas de muertos

La trágica explosión de una terminal de contenedores con productos inflamables que se produjo este miércoles por la noche en Tianjin, en el norte de China, dejó un saldo de al menos 44 muertos, mientras que decenas de personas permanecen desaparecidas y otras 520 resultaron heridas.

Al respecto, el presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Keqiang, han instado a todos los esfuerzos para salvar a los heridos y minimizar la cantidad de víctimas tras la explosión de Tianjin, según la agencia oficial Xinhua.

El Consejo de Estado, gabinete de China, ha enviado a un grupo de trabajo dirigido por el Ministro de Seguridad Pública, Guo Shengkun, para que operen como rescate directo y respuesta de emergencia. Li prometió una investigación a fondo del accidente y garantizar que sea abierta y transparente la divulgación de información al público.

Según informaciones de las autoridades locales y relatos de vecinos citados por ese medio oficial chino, las explosiones han destrozado ventanas y puertas, sacudieron edificios de departamentos, mientras la gente es trasladada a las calles. Algunas versiones han informado de pérdidas de gas químico.

Dos bomberos que luchan contra las llamas están desaparecidos y seis están levemente heridos. El Departamento de Bomberos de Tianjin informó de que el incendio comenzó a última hora del miércoles, y que se produjeron dos explosiones con 30 segundos de diferencia.

Mientras tanto, un centenar de camiones de bomberos han sido enviados al lugar del suceso, según las autoridades locales citadas por el Diario del Pueblo.

La explosión, que pudo apreciarse en varios kilómetros a la redonda y causó grandes llamaradas así como una intensa nube de humo, tuvo su origen, al parecer, en un almacén de productos peligrosos, había informado con anterioridad la agencia oficial Xinhua.

De acuerdo con CCTV, la explosión se produjo en un almacén con productos inflamables y explosivos que estaban almacenados en un contenedor del puerto de Tianjin, a unos 150 kilómetros de Pekín, y fue seguida de inmediato por otra deflagración.