Berlusconi pide fuerte mayoría o llamará a votación anticipada

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo el miércoles que buscaría nuevas elecciones si su Gobierno de centroderecha no lograra obtener una mayoría suficiente en el voto de confianza del mes próximo para llevar a cabo reformas.

berlusconi1

 

El convulsionado Gobierno de Berlusconi, minado por una débil economía y una sucesión de escándalos, enfrenta dos votos de confianza en el Parlamento el 14 de diciembre, que podrían desatar nuevas elecciones a más de dos años de la fecha programada.

 

El gobernante partido Pueblo de la Libertad (PDL) está inmerso en una disputa interna y Berlusconi ya no tiene una mayoría segura en la Cámara baja. Pero dijo que aún espera ganar una moción de censura en contra del Gobierno.

 

«Creo que vamos a tener una mayoría, una buena mayoría en la Cámara baja y el Senado y que vamos a gobernar», declaró a periodistas en una conferencia de prensa sobre medidas para ayudar a los jóvenes.

 

Si Berlusconi pierde alguna votación, será forzado a renunciar. Pero también aclaró que no será suficiente conseguir una estricta mayoría si su espacio de maniobra queda demasiado reducido como para gobernar efectivamente.

 

«Si no es posible gobernar debido a que no se obtiene la confianza de la mayoría o no hay una mayoría capaz de aprobar la reforma, me dirigiré al jefe de Estado y, con la mayoría en ambas cámaras del Parlamento, le pediremos ir a elecciones», manifestó.

 

Berlusconi también repitió la advertencia de que Italia, que tiene una deuda pública de casi el 120 por ciento de su producto interno bruto, necesita estabilidad política durante la crisis de deuda de la zona euro.

 

«Si pensamos (…) que tenemos que renovar 1.000 millones de euros de deuda pública todos los días por un total de 250.000 millones de euros el próximo año, la conclusión es obvia: lo último que necesita Italia es inestabilidad en el Gobierno», dijo.

 

El país ha atravesado la crisis financiera mejor que muchos de sus pares europeos, pero los analistas creen que una prolongación de los problemas políticos podría atraer una indeseada atención de los mercados, dada su enorme deuda y su débil crecimiento.

 

El destino del Gobierno ha estado en peligro desde que el primer ministro se peleó con su viejo aliado Gianfranco Fini, presidente de la Cámara baja, en el verano. Unos 40 legisladores siguieron a Fini, quitándole la mayoría a Berlusconi.