El presidente francés, Nicolas Sarkozy, intentó el lunes poner fin a un escándalo por supuestas donaciones políticas ilegales que daña su Gobierno y pidió al ministro en el centro de la polémica que deje la tesorería del gobernante partido UMP. Sarkozy dijo que el ministro del Trabajo Eric Woerth había sido exonerado de cualquier delito tras una investigación oficial, poseía su confianza plena y seguiría a cargo de una crucial reforma de pensiones.
Ante la pregunta de si despediría a Woerth, uno de sus aliados políticos más cercanos, Sarkozy dijo en una entrevista televisiva en vivo: «El está libre de toda sospecha, por lo que no hay razón para que me deshaga de él».
Sin embargo, sostuvo que para evitar cualquier controversia, «conversé con Eric Woerth y le pedí que se dedique exclusivamente a esta importante reforma de pensiones (…) Mi consejo para él es no ejercer más esa responsabilidad (como tesorero)».
El presidente dijo estar resuelto a avanzar con el impopular plan para elevar la edad de retiro de los actuales 60 a 62 años, y hacer que las personas contribuyan más tiempo para una pensión completa pese a las anunciadas protestas de los sindicatos comerciales en septiembre.
Las impopulares medidas buscan evitar que Francia ingrese en una espiral de deuda similar a la de Grecia o Portugal.
Sarkozy sugirió que los ataques a Woerth buscaban torpedear la reforma de pensiones.
Aclarando que no se apresurará a tomar decisiones, Sarkozy dijo que no hará un cambio de Gabinete hasta que la ley de pensiones sea adoptada en octubre, y que no decidirá hasta el otoño boreal del 2011 si se postulará para un segundo mandato de cinco años en el 2012.
Sarkozy habló en el horario estelar de la televisión para intentar restaurar la confianza, horas después de que la policía registrara las casas de la mujer más rica de Francia y un amigo cercano de la heredera, en un escándalo que ha sacudido al Gobierno y llevó la aprobación del mandatario a mínimos históricos.
Una ex contadora de la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt, dijo a la policía que la multimillonaria y su fallecido esposo hicieron donaciones ilegales en efectivo a políticos conservadores durante años, contando la campaña electoral de Sarkozy del 2007.
No se le preguntó directamente al presidente si su campaña recibió esas donaciones en efectivo.