Un millón y medio de personas, la mitad niños, aún vive en campos como consecuencia del terremoto que devastó el país en enero pasado. En ese marco, las Naciones Unidas reconocieron problemas en la coordinación de la ayuda internacional en Haití.
«La llegada de miles de trabajadores humanitarios -muchos de ellos con buenas intenciones pero no necesariamente profesionales o bien informados- planteó un desafío a la coordinación de dinámicas de respuesta», indicó el informe elaborado por el encargado de ayuda humanitaria de la ONU John Colmes, según informó la agencia DPA.
Según las últimas cifras, en el terremoto murieron 222.750 personas, lo que representa un dos por ciento de la población de Haití. Además, al menos 300.000 personas resultaron heridas y alrededor de 2,3 millones quedaron sin techo.
Estas son las cifras estimadas por el gobierno, «pero no sabremos nunca las verdaderas cifras de muertos y heridos», indica el informe de la ONU.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la situación en los campos de acogida es apremiante, debido a la proximidad de la temporada de lluvias y tormentas.
Seis meses después del terremoto que sacudió al país, cientos de miles de criaturas sufren aún de malnutrición y enfermedades. «La situación de los niños sigue siendo muy difícil», dijo la institución en su balance intermedio.
A pesar de la ayuda internacional, más de 800.000 niños y niñas siguen viviendo en campos de emergencia, amenazados por el abuso y la violencia.
Es necesario reforzar la protección y el compromiso con los más pequeños, con una mayor coordinación de las medidas de ayuda, dijo Françoise Gruloos-Ackermans, máxima representante de Unicef en Haití. Asimismo, remarcó que la ayuda de emergencia será necesaria por al menos otros 18 meses.
«Ahora es el momento en que tenemos la posibilidad de construir allí un Haití mejor para todos», dijo la portavoz del programa de alimentación mundial, Emilia Casella, ante la prensa.
A pesar de los desafíos, el coordinador de ayuda humanitaria para Haití, Nigel Fisher, destacó el hecho de que no hubiera grandes epidemias -tales como cólera- en los campos sobrepoblados. «Se instalaron más de 11.000 letrinas. La población no tenía estos servicios antes del terremoto», destacó.
También valoró la «relativa calma» en los campos, especialmente debido a la labor de los comités locales, la policía haitiana y las Naciones Unidas. «Las cosas podrían haber sido mucho peor. Haití tiene una fama de violencia. No creo que hayan visto violencia aquí. Quiero enfatizar eso».
«Éste es el mayor desastre natural que el mundo haya visto en tiempos memorables», dijo Fisher.
El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, enviado especial de las Naciones Unidas a Haití, se encuentra hoy en Puerto Príncipe y tenía previsto asistir a una ceremonia de conmemoración en el Palacio Nacional con el presidente René Preval.
Clinton, quien junto al primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive copreside la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH), se declaró «frustrado» por la lentitud con la que marcha el proceso de reconstrucción.
La CIRH, que inició tareas hasta el 17 de junio, se encargará de seleccionar y autorizar el desembolso de los recursos para los proyectos que se ejecutarán en la empobrecida nación con los cerca de 11.000 millones de dólares que hasta el momento han sido prometidos por la comunidad internacional y que serán administrados por el Banco Mundial.
Entretanto, el gobierno haitiano aprobó la incorporación de República Dominicana en la CIRH, confirmó hoy a dpa un portavoz oficial.
«Está confirmada la integración de la República Dominicana y la de Cuba se mantiene como propuesta, tal y como lo hizo el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive», declaró a dpa el ministro de los Haitianos Viviendo en el Exterior, Edwin Paraison.
Bellerive propuso el ingreso a la CIRH de República Dominicana y Cuba en la Cumbre sobre el Futuro de Haití que se realizó el 2 de junio en el balneario dominicano de Punta Cana.
La entrada de República Dominicana a la Comisión se decidió por la cercanía que tiene con Haití, dado que ambos países comparten la isla caribeña de La Española, y porque es una de las naciones que mayor ayuda inmediata entregó luego del terremoto.