La policía detuvo a un tercer posible implicado en el asesinato de Manuel Roseo y su cuñada Nélida Bartolomé. Se llama Claudio Gómez y hace un año, con documentación apócrifa, habría intentado obtener la escrituración de unas 150.000 hectáreas del estanciero. Bajo la lupa de la Justicia están abogados y escribanos de varias provincias del norte argentino.
El domingo se cumplió un mes del doble crimen que conmocionó a la localidad chaqueña de Juan José Castelli, concitó el interés de los medios provinciales y nacionales y hasta de autoridades de Italia, país de origen del terrateniente.
Las sospechas se centran en una multimillonaria maniobra que desde hace varios años pretendía quedarse con la mayor extensión de tierras en la provincia. El misionero Raúl Menocchio (52) es el principal sospechoso en el doble homicidio y supuesto comprador de unas 150.000 hectáreas una semana antes del crimen.
Roseo poseía 250.000 hectáreas, 150 mil en el Chaco y 100 mil en Formosa, vivía con austeridad y no pensaba venderlas, según versiones de allegados.
Luego de cinco allanamientos en Santa Fe, el viernes fue apresado y el sábado llegó a Resistencia, a disposición de la justicia chaqueña. Hay elementos que para los investigadores lo podrían vincular con el doble homicidio del 13 de enero.
Gómez es el nuevo apellido que se suma a una compleja trama de apetencias y procedimientos fraudulentos.
Roseo, de 75 años, fue asesinado el 13 de enero junto a su cuñada Nélida Bartolomé, de 73. Indefensos y maniatados fueron duramente golpeados antes de ser asfixiados con bolsas y un cinto. Los atacantes se llevaron toda la documentación que encontraron en la modesta vivienda de Castelli y dieron por muerto a un empleado del estanciero.
Doce días después la policía detuvo a Raúl Menocchio (52), principal sospechoso en el doble homicidio y supuesto comprador de unas 150.000 hectáreas una semana antes del crimen. Luego de varios allanamientos en Formosa, Misiones, Corrientes y Chaco, atraparon a Salvador Borda (45) el segundo sospechoso detenido e identificado por testigos de haber visitado a las víctimas.
El viernes se realizaron cinco procedimientos más en Santa Fe: una escribanía, un estudio jurídico y tres viviendas. La búsqueda permitió dar con Claudio Gómez (43), de quien los investigadores presumen que pudo haber sido el tercer partícipe en el crimen. Se apoyan para ello en elementos que poseía en su vivienda y porque su nombre apareció en una oscura transacción que pretendía despojar a Roseo de más de la mitad de sus propiedades.
Hace seis meses, Gómez tramitó la escrituración por 150.000 hectáreas de Roseo a partir de un boleto de compraventa falso. Sobre él recaen las sospechas de estafa para quedarse con las propiedades de la víctima. Como adelantó NORTE fue quien adujo haber pagado 400.000 dólares por las tierras. Una suma ínfima si se considera que el dueño cotizaba sus campos en más de cien millones de dólares. Un impostor avaló la operación pero la maniobra fue desbaratada en poco menos de un mes, debido a que el propietario se enteró e intervino con su abogado.
El domingo por la tarde el tercer supuesto implicado arribó a Resistencia fuertemente custodiado por personal del Comando de Operaciones especiales (COE) para ser recluido provisoriamente en Investigaciones Complejas hasta que Rosalía Nis, la fiscal que conduce la investigación, decida su destino: Sáenz Peña o Castelli.
Según se pudo saber que entre los nuevos elementos para la causa, se considera valioso el hallazgo de prendas de vestir, que coinciden con la descripción de algunos testigos. Además de fotografías y planos del campo y vivienda de Roseo y oficios relacionados con maniobras fraudulentas desenmascaradas hace meses por la víctima. En los procedimientos del viernes -se iniciaron a las 10 y se extendieron hasta las 16- en San Lorenzo y Puerto General San Martín, también se encontraron dos armas: una pistola Bersa y un revólver calibre 32.
Según relató el director de Investigaciones Luis Roberto Tulián, a Gómez se lo encontró después de un seguimiento policial de inteligencia entre Homicidios del Chaco e Investigaciones de Santa Fe. «Al principio no se conocía su identidad ni los domicilios pero cuando se constataron datos concretos se lo pudo hallar», explicó.