El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sobrevivió con un estrecho margen a una moción de censura en el Parlamento que ha dejado a su coalición de centroderecha aferrada al poder por un puñado de votos y ha desatado las protestas más violentas en años en Roma. Este resultado reforzó la reputación de Berlusconi como uno de los grandes sobrevivientes de la política italiana, pero lo deja debilitado, sin los suficientes diputados en el Parlamento para asegurar la estabilidad en tiempos de grandes desafíos económicos y una crisis de deuda amenazante en la zona euro.
«Es obviamente un resultado positivo para Berlusconi, dado cómo estaban las cosas hace dos semanas, pero el Gobierno enfrentará severas dificultades para aprobar sus políticas con una mayoría tan pequeña y fragmentada», dijo Marco Stringa, analista del Deutsche Bank en Londres.
En Roma se produjeron graves disturbios tras la votación, con decenas de heridos. Los manifestantes arrojaron bombas de humo y se enfrentaron con la policía en violentos choques en las calles del centro histórico.
La supervivencia de Berlusconi quedó asegurada por 314 votos frente a 311 en la Cámara baja del Parlamento, después de un debate enconado que fue brevemente interrumpido por una riña entre los diputados de facciones rivales.
«Una campaña electoral en este momento es algo que el país no necesita para nada», dijo Berlusconi en el lanzamiento de un libro el martes más tarde.
El resultado se aseguró después de una intensa campaña de acuerdos a puertas cerradas, en los que las acusaciones de la oposición de compra de votos y corrupción han sido respondidas con feroces negativas y acusaciones de traición.
Pier Luigi Bersani, líder del opositor Partido Democrático, dijo que «esto no cambia nada, el Gobierno no puede hacer nada. La crisis política se ha vuelto más dramática con este resultado».
Los mercados financieros siguieron de cerca la votación, pero se tomaron con calma el resultado, debido a que desapareció la perspectiva inmediata de una larga e incierta campaña electoral.
La bolsa no sufrió demasiados cambios luego del voto y el diferencial del bono BTP a 10 años de Italia sobre el equivalente del Bund alemán se mantuvo estable, en torno a 165,5 puntos básicos.
Berlusconi ha desafiado repetidamente a los escépticos, sobreponiéndose a una serie de deslices y escándalos para ganar tres elecciones y transformar el panorama político de Italia desde que obtuvo el poder por primera vez en 1994, aunque ha polarizado a los italianos.
Pero la votación del martes fue la culminación de uno de sus peores años en la política, eclipsado por escándalos sexuales y de corrupción y una agria disputa con su ex aliado Gianfranco Fini que le costó una mayoría parlamentaria segura.
Con las elecciones ahora descartadas, la atención pasa a estar en las concesiones que Berlusconi tendrá que ofrecer a los centristas y a los rebeldes del centroderecha para asegurarse una alianza a largo plazo.
«Creo que está la posibilidad de extender la mayoría que apoya al Gobierno de forma sustancial», dijo Berlusconi, añadiendo que podría trabajar con políticos de centro e incluso con algunos del Partido Democrático de centroizquierda, pero no con Fini.
El lunes, el primer ministro ofreció abrir su Gobierno a los moderados en un pacto electoral amplio, pero sus aliados de coalición de la Liga Norte, que tienen un papel decisivo en el Gobierno, ya han expresado su escepticismo.
«El resultado de hoy significa que el Gobierno no tiene que renunciar. Vamos a analizar las cosas cuando regresemos del receso (de Navidad) para ver si están dadas las condiciones para seguir», dijo el ministro del Interior, Roberto Maroni, un miembro destacado de la Liga Norte.
Italia tiene una de las cargas de deuda pública más altas del mundo, de casi el 120 por ciento del Producto Interior Bruto. Sin embargo, se ha escapado de la tormenta de deuda de la eurozona gracias a un estrecho control del gasto y a un sistema bancario conservador que evitó los excesos durante el boom del mercado.