Es evidente que aumentan los casos de COVID19 en el país y Misiones no escapa a ello. Sin embargo, no se sostuvieron las medidas restrictivas que vencieron en junio, de manera que, si bien el control epidemiológico sigue siendo responsabilidad del Estado, somos los ciudadanos los que tenemos que asumir ahora con mayor fuerza una actitud responsable para evitar los contagios.
Ya no es más obligatorio utilizar barbijos. Las autoridades sugieren simplemente su uso, al modo de “no fumen que es malo”.
De hecho, es una recomendación livianita, cuando suman casos de COVID19 en pediatría (los niños no usaban barbijos y miles de ellos no han sido vacunados).
Puede ser que aun así tengan un tránsito leve de la enfermedad, y que siendo asintomáticos porten el virus y por lo tanto sean agentes de contagio.
Otro dato relevante es que el 40 % de los residentes de Misiones no recibieron dosis de refuerzo de las vacunas que demostraron su efectividad, por lo que en caso enfermar –o volver a contagiarse- es altamente probable que si se contagian y tienen comorbilidades pueden tener episodios complicados.
Es recomendable entonces aplicarse la dosis de refuerzo y quienes aún no se vacunaron, pues que lo hagan y que se apliquen las vacunas pediátricas que correspondan porque el regreso a clases va a producir –inevitablemente- mayor nivel de contagio.
Pero como nos quedamos con que la situación actual nos pone en cuidarnos –“como si fumar es malo”, tan malo que puede matar-, no deberíamos abandonar la sana costumbre de higienizarnos las manos con frecuencia, sanitizarnos (alcohol en manos), tener ambientes con aire circulando, viajar con ventanillas que permitan el paso de una corriente de aire, no compartir utensilios y –obviamente- usar barbijos cuando ingresamos a salones cerrados para hacer compras.
Seguir sanos no cuesta mucho, aunque ahora la responsabilidad sea totalmente nuestra.