Analizan relanzamiento del Parlasur, donde Misiones tiene dos representantes

El Gobierno de Alberto Fernández busca relanzar el Parlasur y ya estudia medidas para levantar el perfil del cuerpo, que en los últimos años tuvo poca actividad, sometido por la gestión de Mauricio Macri a un rol intrascendente, sin asignaciones presupuestarias. Alan Soria Guadalupe escribe en diario La Nación que se trata de una estrategia de Fernández para reforzar la unidad de América Latina.

En el bloque argentino están las misioneras Julia Argentina Perié y Cecilia Britto, aquí con Daniel Filmus, secretario del área Malvinas de la Cancillería.

El Parlasur está compuesto actualmente por 135 representantes, divididos entre cinco países: Argentina (42), Brasil (38), Venezuela (19), Paraguay (18) y Uruguay (18).

La adhesión de Bolivia está en trámite. Las próximas elecciones en Bolivia, la crisis en Venezuela y el futuro del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) son algunos de los temas que ocuparán la agenda de los legisladores del Mercosur durante este año.

El presidente del Parlasur, el argentino Oscar Laborde, busca darle mayor protagonismo al cuerpo en las cuestiones regionales y afirmó que el oficialismo hará un «esfuerzo» por recomponer al organismo luego de haber sido «denostado» por la administración de Macri, quien le quitó prioridad al cuerpo en su agenda de política exterior.

 

La intención del Gobierno se reflejó hace muy poco, cuando el canciller Felipe Solá recibió a las autoridades del Parlasur en el Palacio San Martín, muy lejos del trato que dispensó Jorge Faurie.

También fue histórica la reunión de la mesa directiva del cuerpo en Buenos Aires, cuando tuvieron un encuentro con el presidente de la Cámara de Diputados nacionales, Sergio Massa.

Por lo que se sabe, el Parlasur reactivará el Observatorio de la Democracia y conformará una mesa de supervisión del proceso electoral boliviano, luego de la renuncia de Evo Morales a la presidencia. El organismo conformará un grupo de veedores previos al acto electoral que busque garantizar la libertad de las candidaturas y la confección de los padrones de votación.

También buscará establecer una mesa de diálogo entre el chavismo y la oposición venezolanas para encontrar una salida ordenada a la crisis institucional, económica y humanitaria que atraviesa ese país.

En el artículo de La Nación, se destaca que en línea con los postulados de Fernández, el Parlasur se mantendrá lejos de la postura dura del Grupo de Lima (integrado por países como Brasil, Chile, Colombia y Canadá) y rechazará la presión extranjera, ya que se considera que la cuestión debe resolverse en el ámbito del Mercosur.

También en el acuerdo con la Unión Europea el Parlasur hará oir su voz, aunque su postura no sea vinculante. El organismo planteará la necesidad de adoptar mecanismos para proteger a los sectores que podrían verse más afectados.

El Parlasur tiene un rol meramente declarativo, de manera que no dicta normas de cumplimiento obligatorio, por lo que se buscará avanzar en un proyecto de ley para, al menos, regularizar la situación de los legisladores.

La permanencia de los diputados argentinos en el bloque quedó en la nebulosa cuando la gestión anterior suspendió -en acuerdo con Brasil, Uruguay y Paraguay- la elección directa de los parlamentarios, que debería haber sido en octubre último, cuando se cumplieron cuatro años de la primera elección.

El macrismo había justificado la decisión por la parálisis que evidenciaba el Parlasur -creado en 2006- desde hacía años y la necesidad de recortar gastos, pues la estructura prevé el pago de dietas y viáticos para los legisladores. Parálisis, hay que decirlo, fue determinada por el gobierno que terminó en diciembre de 2019.

El Congreso deberá definir en las próximas semanas cuál será el futuro inmediato de los legisladores. En octubre, la Cámara Nacional Electoral determinó que los legisladores sigan cobrando las dietas y viáticos que el macrismo discontinuó.