Yacyretá a punto de alcanzar máximo nivel de producción energética

La central hidroeléctrica binacional de Yacyretá vive las vísperas de alcanzar su máxima capacidad y la próxima terminación de las obras, casi cuatro décadas después del tratado argentino-paraguayo que la gestó y tras 30 años de construcción.

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La colosal obra alcanzó sus primeros objetivos en la década pasada, cuando se había completado la construcción de la represa en el alto Paraná, se había formado el embalse y se generaba energía, pero nunca llegó a la cota de diseño de 83 metros sobre el nivel del mar (msnm).

Desde 1994, la central operó a cota de 76 metros, nivel que no fue mejorado en los siguientes 12 años. Esa parálisis fue rota con el Plan de Terminación de Yacyretá (PTY), acordado por la Argentina y Paraguay en 2003, y que hoy muestra sus resultados.

«El avance del PTY, luego de asegurar en ambas márgenes la infraestructura social y el saneamiento urbano-ambiental, ha permitido alcanzar diferentes hitos de recrecimiento del embalse», dice Oscar Thomas, director ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá, en un informe.

Enumera luego que la potencia media de la central pasó de 1350 megavatios en 2004 a 2250 en 2010: un crecimiento de 67%.

Añade que fue «recreciendo gradualmente el embalse de tal forma de llegar a cota 82 msnm a fines de diciembre de 2010, a cota definitiva 83 msnm antes de marzo de 2011 y concluir todas las obras en curso para fines de 2011».

El plan de terminación requirió tratamiento costero y recomposición de la trama urbana en las ciudades paraguayas de Encarnación, Cambyretá, San Juan y Carmen del Paraná, y en las argentinas de Posadas, Garupá y Candelaria, todas en Misiones.

Hubo necesidad de obras viales de integración entre Posadas y Encarnación y otras en la provincia de Misiones, y trabajos de protección ambiental, saneamiento y reposición funcional en toda el área intervenida.

El conjunto de estas obras de terminación, que presentan un avance global de 70%, demandó 3 millones de metros cúbicos de excavaciones y 24 millones de metros cúbicos de rellenos y terraplenes.

También se hicieron o aplicaron 3 millones de metros cúbicos de protecciones de roca, 700.000 metros cuadrados de membrana geotextil, 200.000 metros cúbicos de hormigones, 15.000 toneladas de aceros, 150.000 metros cúbicos de enripiado y 1,5 millones de metros cuadrados de pavimentos.

La intervención dejó un aporte ambiental de más de 6000 hectáreas de lagos, 5.000 metros de playas, 600 hectáreas de reservas urbanas y 600 hectáreas de espacios verdes equipados para actividades culturales y recreativas.

También integra el haber nueva infraestructura en ambas márgenes, como plantas de tratamiento de efluentes cloacales, nuevos puertos, nuevos accesos viales, puentes y edificios públicos.

«Se trata, en suma, de grandes intervenciones que proponen un nuevo orden urbano que significa devolverle la cara al río a las ciudades intervenidas y nuevas relaciones sociales, derivadas de los espacios públicos equipados, y territoriales a partir de los nuevos ejes de movilidad», dice Thomas en su informe.

El período del PTY también se distingue por las compensaciones transferidas al Paraguay, pues entre 1994 y 2003 se le pagaron 111 millones de dólares, mientras que en los últimos seis años se le transfirieron 567,4 millones.