Túnez liberó a todos sus presos políticos

Túnez dijo el miércoles que liberó a los últimos presos políticos, mientras el gabinete de unidad nacional se encuentra bajo la presión de los líderes de la oposición que le exigen que prescinda de los aliados del depuesto presidente Zine al Abidine Ben Ali. Nayib Chebi, cuyo paso esta semana de marginado líder opositor a nuevo ministro del gobierno interino simboliza la actualidad del país, dijo a Reuters: «Todos los presos políticos han sido liberados hoy».

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Entre los liberados hay miembros del movimiento islamista proscripto Ennahda. Pero no hay cifras disponibles de cuántas personas fueron puestas en libertad.

El alto nivel de ocultamiento bajo el mandato de Ben Ali, que se ha refugiado en Arabia Saudita, hizo que el número de los detenidos políticos nunca fuera divulgado.

Mientras que los líderes árabes a menudo han citado la amenaza del Islam radical para justificar sus gobiernos represivos frente a sus aliados occidentales, la oposición islamista tunecina ha sido menos visible que en los países más pobres y menos laicos de la región.

Cientos de manifestantes se reunieron en el centro de Túnez el miércoles para exigir la dimisión del nuevo Gobierno de coalición del país, conformado por ministros asociados a Ben Ali y encabezado por el primer ministro Mohamed Ganuchi, que ya dirigía el Ejecutivo antes de la revuelta.

Cuatro opositores del ex mandatario abandonaron el Gobierno un día después de su designación, alegando que los manifestantes que desataron el alzamiento seguían molestos por la presencia de miembros de la vieja guardia en el poder.

Las semanas de protestas por la pobreza y el desempleo, que forzaron a Ben Ali a marcharse, generaron especulaciones en todo el mundo árabe respecto a revueltas similares en otros Estados con Gobiernos represivos.

Cerca de 500 manifestantes se reunieron en la avenida Bourguiba, en el centro de la capital.

«Esto continuará cada día hasta que nos libremos del partido gobernante», dijo Faydi Borni, un profesor.

«Nos libramos del dictador pero no de la dictadura. Queremos deshacernos de este Gobierno que nos calló por 30 años», agregó.

No todos los tunecinos apoyan las protestas.

«Hemos vivido tanto tiempo bajo presión, pero quizás debamos darle al Gobierno una oportunidad», dijo una transeúnte que no quiso dar su nombre.

«Las personas tendrán opción de votar», destacó.

Tunecinos dijeron que las calles permanecieron tranquilas durante la noche, sin que se registraran tiroteos o saqueos.

En una señal de que la seguridad mejoraba, la televisión estatal dijo que el toque de queda nocturno fue disminuido en tres horas.

Moncef Marzuki, líder de un pequeño partido opositor que regresó esta semana a Túnez tras permanecer exiliado, visitó la tumba de Mohamed Buazizi, quien se quemó en un acto de protesta y dio inicio a la ola de violencia que derrocó a Ben Ali.

Marzuki, que prevé presentarse a la presidencia, también acudió al lugar donde el manifestante se prendió fuego en Sidi Buzid, donde unas 300 personas lo levantaron en andas.

El líder pidió que se nombre a una figura independiente en lugar del primer ministro para formar gobierno.

«Si la situación continúa con un gobierno construido sobre esta vieja dictadura, la situación seguirá en las calles y lo que quiero es que Túnez vuelva a la estabilidad lo más pronto posible,» dijo a Reuters en una entrevista.

En un intento de aplacar los ánimos, Ganuchi y el presidente interino Fuad Mebaza abandonaron el partido Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD).

En un encuentro en Egipto el miércoles, el líder de la Liga Arabe advirtió a los mandatarios de la región que presten atención a los problemas políticos y económicos que alentaron la agitación en Túnez porque eran problemas que afectaban a todos los países árabes.

En tanto, Suiza dijo que había congelado los bienes de Ben Ali y su entorno, y la agencia de noticias estatal de Túnez reportó que se lanzaría una investigación sobre las acusaciones de que su esposa Leila y algunos familiares habían adquirido propiedades y acciones en el extranjero.

La ONU dijo que enviaría un equipo de expertos en derechos humanos a Túnez la semana próxima para aconsejar al nuevo gobierno. La Alta Comisaria para los Derechos Humanos de la entidad, Navi Pillay, sostuvo que tenía información de que más de 100 personas habían muerto en los enfrentamientos. El Gobierno dice que las revueltas dejaron al menos 78 muertos.