El hijo Jeremías Zarza dijo que el comisario de la Seccional V intervenida había pretendido que su madre, la ex docente Carmen Rosa, había muerto al caerse. «Pero nosotros sabíamos que no podía ser. Tenía el tabique de la nariz roto y se le había roto la vejiga. El Comisario nos decía que había sido una muerte natural».
Los familiares y amigos de la ex docente Carmen Rosa (47) en la zona del barrio Los Potrillos, de Garupá, se movilizaron el jueves desde la Gasolinera de esa localidad hasta la sede la Comisaría en reclamo del total esclarecimiento del caso. Recientemente el juez de Instrucción N° 3 Ricardo Balor dispuso la detención de tres policías de la Comisaría V allanada el lunes a la noche. En tanto, la Jefatura de Policía ordenó la instrucción de sumarios a todos los integrantes de esa seccional.
Los testimonios de personas que vieron a la ex docente encontrada muerta en un trillo de Garupá, habían dado cuenta que tras deambular por el vecindario fue ser subida a un patrullero de la Comisaría. La mujer padecía de trastornos mentales.
La hora aproximada de su muerte coincidiría con el momento en que fue llevada por el móvil policial.
Indicó Zarza que «dejamos que creyeran que nos habían engañado y empezamos a reunir pruebas. Mi mamá había ido a pedir un poco de agua porque estaba muy transpirada, había salido a caminar y era las 13:30. Una familia la hizo pasar a la casa y la contuvo una media hora. Después, el jefe de esa familia salió con su moto y fue a avisar a la Comisaría que una mujer que estaba en su casa estaba perdida. Ahí fueron entonces a buscarla, con el patrullero».
Señaló que su madre padecía «esquizofrenia desde hacía 15 años. Pero era tranquila. Nunca fue violenta ni le hizo nada a nadie. Sabíamos que iban a aparecer testigos y el primero fue ese señor, el jefe de la familia que la contuvo. Después, cuando se conoció por los medios lo que había pasado, aparecieron otros vecinos diciendo que sí, que se la había visto deambular y luego ser llevada por el patrullero».
Zarza destacó entonces la labor del juez de Instrucción que lleva la causa Ricardo Balor, «porque aunque al principio tiene que manejarse con el informe que da la Policía después investiga realmente para ver qué sucedió. Confiamos en la Justicia. Nosotros les hicimos creer a los de la Comisaría que nos habían convencido para que no hicieran desaparecer las pruebas y los rastros. Y mediante que el Juez ordenó el allanamiento de la Comisaría se encontraron con documentos y otras pertenencias de mi mamá».