Un año después de su llegada a La Moncloa, el presidente del gobierno español defendió y se jactó de las reformas que aplicó en este tiempo en una España asfixiada por la crisis económica.
«Nadie podrá decirnos que nos hemos quedado cruzados de brazos», dijo en la reunión de los diputados, senadores, eurodiputados y representantes en los Parlamentos regionales de su Partido Popular (PP), que hoy inauguró en Toledo bajo el lema «Un año impulsando reformas».
«Los españoles no nos eligieron para que todo siga igual, sino para impulsar un profundo camino de cambio que ya hemos empezado», dijo el jefe del Ejecutivo español y presidente del PP en una defensa cerrada de las reformas y la política de austeridad que ha aplicado en estos doce meses.
Rajoy ganó las elecciones de noviembre de 2011 con una holgada mayoría y asumió la presidencia del gobierno español el 21 de diciembre de ese año.
Un año después, España sigue en recesión, el desempleo supera el 25% -aumentó en medio millón de personas en un año y se dirige hacia los seis millones- y Rajoy lucha contra el déficit público con recortes y ajustes que no aseguran el cumplimiento de las obligaciones adquiridas con Bruselas y que según denuncian muchos sectores están agravando la situación.
Está a punto de cumplirse el viernes el primer aniversario de su gobierno. Y en este tiempo el jefe del Ejecutivo español se enfrentó a dos huelgas generales de los sindicatos, en marzo y en noviembre. Es el primer presidente del gobierno contra el que se han convocado dos paros de este tipo.
Las manifestaciones y protestas contra sus medidas y recortes, los más duros en la historia de la democracia española, sacaron a decenas de miles de ciudadanos a las calles en numerosas ocasiones, la última hoy mismo, con las marchas convocadas por los sindicatos en medio centenar de ciudades del país.
Los profesionales de la educación pública protestaron, también los de la sanidad pública -los médicos de Madrid, donde gobierna el PP, entraron hoy en su cuarta semana de huelga indefinida contra la privatización en el sector- y hasta los jueces y fiscales levantan la voz contra la reforma de la Justicia que impulsa el ministro del área, Alberto Ruiz-Gallardón, y advierten sobre la posibilidad de una huelga.
Pero Rajoy se aferra a sus reformas y asegura que son el único camino para sacar al país de la situación en la que se encuentra, aunque sean «dolorosas» y aunque «algunas», como admitió hoy, se hayan puesto en marcha en contra de lo que decía el programa electoral con el que ganó las elecciones generales de hace un año.
No las citó por nombre, pero ahí está su decisión de dejar sin paga de compensación de la inflación a los más de ocho millones de pensionistas o la suba del IVA, entre otras.
«Sé que hay muchos que no las aplauden, y algunos se han manifestado en contra de ellas, pero sin las renuncias parciales de cada uno, la recuperación de todos es imposible», dijo, citado por la agencia de noticias DPA.
«Cada reforma es un avance irreversible hacia la meta de la recuperación», agregó.
Un año después de asumir el poder, Rajoy sigue responsabilizando al gobierno anterior, encabezado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, de haberle dejado una herencia que lo llevó a actuar como lo hizo.
«Hay quienes tomaron en su día las riendas de una España próspera y, siete años después, la dejaron en una situación crítica», argumentó.
En línea con lo que el gobierno lleva semanas defendiendo, Rajoy dijo hoy que 2012 ha sido «el año más difícil».
Pero aseguró que la situación comenzará a mejorar el próximo. 2013 será «difícil y complicado, pero será el de la estabilización», aseguró.
Las previsiones de los organismos internacionales son de más desempleo y recesión.
«No me puedo olvidar de esos españoles que no tienen empleo y de las familias que lo están pasando mal. Y en estas fechas de Navidad quiero mandarles un mensaje de esperanza y decirles que todo lo que hace el gobierno es para que recuperen sus vidas y su bienestar», manifestó Rajoy.