Prisionero político cubano llegó a Estados Unidos

Un prisionero político cubano recientemente liberado llegó A Estados Unidos, donde agradeció a los 100 simpatizantes que lo recibieron y pidió el derrocamiento del gobierno de Raúl Castro. Ariel Sigler, de 44 años y ex boxeador parapléjico, se dirigió a la multitud en el Aeropuerto Internacional de Miami luego de llegar en un vuelo alquilado desde Cuba. Fue puesto en libertad el mes pasado como parte de un acuerdo entre el gobierno comunista y la Iglesia católica de la isla luego de pasar siete años en prisión, de una sentencia de 25.

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Poco después recibió una visa estadounidense y las autoridades cubanas le permitieron salir del país.

Escuálido y en silla de ruedas, Sigler se puso guantes de box decorados con la bandera cubana mientras hablaba ante la multitud, la cual con frecuencia lo interrumpía con consignas como «¡abajo la dictadura!»

Sigler está paralizado de la cintura para abajo.

«Siento una mezcla de felicidad y dolor», afirmó. «Felicidad porque este es un país libre. Un país donde los derechos humanos son respetados en realidad. Felicidad porque este hermoso país me ha recibido para tratar de restablecer mi salud. Y dolor porque yo de verdad soy un patriota».

«¡Abajo la dictadura! ¡Abajo la tiranía de Castro! ¡Abajo los asesinos Castro!», gritó a la multitud que le hizo coro. Muchos de los presentes llevaban banderas cubanas y pancartas que decían «Bienvenido a Miami» y «Derechos humanos para la comunidad cubana».

Después de su discurso, recibió un cheque por una cantidad no revelada de parte de los líderes de un grupo cubano-estadounidense local y fue llevado al hospital para recibir tratamiento. No respondió preguntas.

Mercedes Cubas, presidenta de Cuba Corps, un grupo que apoya a la oposición cubana, dijo que estaba contenta por la liberación de Sigler.

«Al menos tendrá la oportunidad de recuperar su fuerza y su salud y continuar luchando por la libertad», dijo Cubas. «Porque si lo ves, parece un hombre que acaba de salir de un campo de concentración nazi».

No se sabe con certeza cómo quedó paralítico.

Sigler era uno de 75 activistas opositores arrestados en marzo del 2003, acusados de recibir dinero de Washington para desestabilizar el gobierno de Castro. Los indiciados negaron las acusaciones, al igual que las autoridades de Estados Unidos.

Antes de salir de La Habana, Sigler dijo el miércoles a reporteros que planeaba regresar a Cuba «porque los días de este gobierno están contados».

La liberación de Sigler se dio poco después de que Cuba aceptó el 7 de julio poner en libertad a 52 prisioneros políticos más, una medida que, de completarse, sacaría de la cárcel a los 75 cubanos arrestados hace siete años.