La flamante presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, visitará la Argentina y Uruguay en su primer viaje oficial al exterior, anunció el domingo el secretario especial para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García. La líder de 63 años sustituye a Luiz Inácio Lula da Silva, quien pasó ocho años en el cargo y se convirtió en el presidente más popular del país. Rousseff fue la candidata que escogió Da Silva.
El funcionario informó que la agenda preliminar de los primeros viajes de la mandataria incluye también Estados Unidos y China, según reportó la agencia noticiosa estatal Brasil.
García indicó que Rousseff también quiere visitar pronto Perú y Bulgaria, y precisó que las fechas de los primeros viajes de la presidenta están siendo coordinadas por el canciller, Antonio Patriota.
Rousseff se entrevistó el domingo con el presidente de Uruguay, José Mujica, y Patriota recibió por la tarde al canciller argentino, Héctor Timerman, quien el sábado entregó a la mandataria una carta de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
El sábado, en el discurso que dio al asumir su cargo, Rousseff prometió que seguirá «profundizando» la relación de su país con los «vecinos sudamericanos» y con los «hermanos de América latina y el Caribe».
Rousseff mantuvo siete bilaterales en su primer día completo de mandato.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, mantuvo el domingo siete reuniones bilaterales con gobernantes extranjeros, en el primer día completo de su mandato, en el que cosechó la adhesión de Portugal para la intención brasileña de ganar una silla como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y no tuvo tiempo para recibir a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
«Portugal apoya a Brasil para conquistar su espacio en el Consejo de Seguridad de la ONU, tanto por la cuestión geopolítica como por la cuestión económica», dijo a la prensa el primer ministro portugués, José Sócrates, al cabo de la reunión de media hora que mantuvo esta mañana con Rousseff en el Palacio del Planalto, sede del gobierno brasileño.
«La alianza entre Brasil y Portugal, que ya era prioritaria, se ha transformado en algo todavía más importante; estoy seguro de que las empresas brasileñas se lanzarán al mercado portugués para obtener ganancias en el mercado europeo», añadió Sócrates.
El primer ministro portugués fue el único de los siete gobernantes que visitaron a la nueva mandataria brasileña que luego habló con los periodistas. El gobierno brasileño no difundió información oficial sobre los encuentros.
Sócrates afirmó que no conversó con Rousseff acerca de la eventual compra de títulos de la deuda pública portuguesa por parte del gobierno de Brasil, pero aseguró que ése es un buen negocio y se lo recomendó a los inversores brasileños.
En cambio, el premier portugués aseguró que garantizó a Rousseff que la decisión de su antecesor, Luiz Lula da Silva, de no deportar al ex guerrillero italiano Cesare Battisti a Italia no va a perjudicar la relación de Brasil con la Unión Europea.
Rousseff, que asumió el sábado su cargo, inició el domingo su primera jornada completa al frente del Planalto con una reunión con el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, heredero de la corona española, quien resultó su primer interlocutor luego de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, decidiera cancelar la entrevista que tenía pautada para el domingo y regresara el sábado por la noche a su país.
La mandataria recibió a los gobernantes visitantes acompañada por el canciller, Antonio Patriota, y por el secretario especial para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, informaron las agencias de noticias ANSA y DPA.
Fuentes del gobierno brasileño revelaron que Rousseff y Felipe conversaron sobre la presencia de ambos países en la reconstrucción de Haití tras el terremoto de enero de 2010 y que la mandataria, que recibió una invitación para visitar España, afirmó en la reunión que ambos países «pueden ir siempre de la mano» en América latina y Africa, y que respalda la enseñanza del castellano en las escuelas brasileñas.
Luego, Rousseff recibió sucesivamente a los presidentes de Uruguay, José Mujica, y de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.
Aunque no trascendieron los temas de ambas conversaciones, funcionarios brasileños recordaron que, en el caso de Mujica, Rousseff prometió ayer, en su discurso de toma de posesión, seguir «profundizando» la relación de su país con los «vecinos sudamericanos» y con los «hermanos de América latina y el Caribe».
Abbas había sido recibido el viernes por Lula y antes de ello había inaugurado las obras de la embajada palestina en Brasilia.
Rousseff recibió hoy además al primer ministro de Corea del Sur, Kim Hwang-Sik; al vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura, y al ex primer ministro de Japón Taro Aso.
Con los líderes asiáticos, la presidenta conversó acerca del proceso de construcción de un tren de alta velocidad entre Río de Janeiro y Campinas, en el estado San Pablo, para el cual aspira a ganar la licitación un consorcio integrado por nueve empresas brasileñas y 13 extranjeras, la mayoría de ellas surcoreanas y japonesas.
En tanto, con Machado charló sobre las obras de ampliación y modernización del puerto de Mariel, a 50 kilómetros de La Habana, a las que Brasil contribuye con un préstamo de 300 millones de dólares, así como sobre la colaboración con Haití.
Por otra parte, fuentes gubernamentales citadas por el diario O Estado de S. Paulo revelaron que las autoridades brasileñas respondieron que no había espacio en la agenda de Rousseff para recibir a solar a Clinton, ante un pedido expreso del gobierno de Estados Unidos.
De todos modos, la visita de Clinton a Brasilia fue considerada como una señal positiva por diplomáticos y analistas, luego de que las relaciones entre Brasil y Estados Unidos sufrieran alguna turbulencia a raíz de la posición brasileña sobre la política nuclear de Irán.