Las fuerzas armadas de Egipto anunciaron el martes que planean entregar el poder a un liderazgo civil electo dentro de seis meses, mientras que los Hermanos Musulmanes dijeron que la ley de emergencia debe levantarse y los prisioneros políticos deben liberarse ahora. Surgieron versiones sobre la salud del depuesto presidente Hosni Mubarak. El diario saudí Asharq al-Awsat reportó que se estaba deteriorando y que el ex mandatario se había rehusado a viajar al exterior para recibir tratamiento.
Una fuente militar dijo que Mubarak, de 82 años y quien estaría en el centro vacacional de Sharm el-Sheikh en el Mar Rojo, estaba «respirando». Otra fuente egipcia cercana a la familia del ex gobernante sostuvo que no estaba bien.
Pero una fuente que dijo que habló con Mubarak el martes indicó que estaba «bien» y que estaba recibiendo llamados telefónicos.
Los comentarios de las fuerzas armadas sobre la transición, divulgados por la agencia estatal, fueron la señal más clara desde la renuncia de Mubarak el viernes de que el consejo militar está comprometido a cumplir con las demandas de los manifestantes pro-democráticos en un lapso breve de tiempo.
Pero los Hermanos Musulmanes, haciendo eco a las demandas de activistas y reformistas, dijeron que querían que los militares tomaran más pasos inmediatamente.
«Nosotros, junto a toda la nación (…) necesitamos un puente de confianza entre las Fuerzas Armadas y el pueblo», dijo Essam al-Erian, un miembro de alto rango de los Hermanos, refiriéndose a levantar la ley de emergencia y liberar los prisioneros políticos.
En un feriado por el cumpleaños del Profeta Mahoma, Egipto hizo una pausa mientras militares buscaban calmar el fervor revolucionario. Una tormenta de viento impidió protestas que han surgido desde la renuncia de Mubarak el viernes.
Enfrentando una nueva ola de protestas de trabajadores de sectores que van desde personal bancario hasta guías turísticos, los gobernantes militares instaron al pueblo a retornar a sus empleos para evitar un daño mayor a una economía ya afectada por 18 días de revuelta.
El banco central dijo que los bancos seguirán cerrados miércoles y jueves tras cerrar el lunes por las huelgas.
En otra señal de potencial daño a la economía, Arafa Holding, el mayor exportador de ropa Egipto, dijo el martes que había cerrado sus fábricas en las afueras de El Cairo hasta el 17 de febrero debido a huelgas.
Algunos líderes seculares advirtieron que apresurar las elecciones presidenciales y parlamentarias en un país en el que la actividad opositora estuvo suprimida durante 30 años podría ofrecer una ventaja a los Hermanos Musulmanes, quizás la fuerza política mejor organizada de Egipto.
«El consejo militar superior expresó su deseo de entregar el poder en seis meses a una autoridad civil y a un presidente electo de forma pacífica y libre que exprese las visiones del pueblo», dijeron las fuerzas armadas en un comunicado.
«El consejo afirmó que no busca el poder, que la situación actual le fue impuesta a las fuerzas armadas y que tienen la confianza del pueblo», agregaron.
También decretó que un comité encabezado por el juez independiente Tareq al-Bishry debe finalizar su trabajo de proponer reformas a la Constitución en 10 días. El plan es luego someter las enmiendas a un referendo.
La revolución de Egipto envió ondas expansivas alrededor de Oriente Medio así como a los mercados financieros globales, preocupados sobre su efecto en las provisiones de petróleo.
Hubo enfrentamientos en Bahréin y Yemen, vecinos del mayor exportador de petróleo del mundo Arabia Saudita.
Miles de activistas opositores iraníes realizaron el lunes una marcha en apoyo a los levantamientos en Egipto y Túnez.
Los grupos políticos existentes son generalmente pequeños, débiles y fragmentados. Los Hermanos Musulmanes, que bajo la ahora suspendida Constitución no podían formar un partido, serían los más organizados, pero su verdadera popularidad aún debe ser probada.
«Cuando se lleve a cabo la demanda popular para la libertad a formar partidos, el grupo fundará un partido político», dijeron los Hermanos Musulmanes en su página web.
En un reflejo de la transformación en Egipto, la televisión estatal transmitió una entrevista con un destacado miembro de los Hermanos Musulmanes, Essam el-Erian, algo inimaginable en la era Mubarak.
El grupo islamista se formó en la década de 1920 con raíces profundas en la sociedad conservadora musulmana. Washington ha expresado preocupación por su retórica «anti Estados Unidos» y dijo que estaba en serio desacuerdo con sus opiniones.
Líderes a favor de la democracia planean una «Marcha de la Victoria» para el viernes para celebrar la revolución y tal vez para recordar al Ejército el poder de la calle.
La Fuerza Armada prometió elecciones libres y justas, suspendió la Constitución y disolvió el Parlamento, desmantelando el aparato que había mantenido a Mubarak en el poder desde que asumió el cargo de manos de Anwar Sadat, quien fue asesinado por soldados islámicos en 1981.
La agencia de noticias estatal Mena dijo que el ex jefe de seguridad de El Cairo Ismail al-Shaer estaba bajo arresto domiciliario, responsabilizado por el colapso en la seguridad durante el levantamiento.
Añadió que él renunció el lunes y otros seis jefes de seguridad fueron reemplazados por el nuevo ministro del Interior, Mahmoud Wagdy.
Con el malestar aún rondando por el aumento de precios, los bajos salarios y las dificultades económicas, los militares enfrentan un balance delicado para restaurar la estabilidad mientras despejan sospechas sobre su disposición a ceder el poder.
Utilizando su nueva libertad de expresión y protesta, los trabajadores realizaron el lunes una manifestación en El Cairo y otras ciudades del país para expresar su disconformidad con los bajos salarios y malas condiciones laborales.
Protestas y huelgas se han registrado en instituciones de propiedad estatal en todo Egipto, incluyendo la bolsa, firmas textiles y de acero, grupos de medios, servicios postales y ferrocarriles, desde que Mubarak renunció.
En la plaza Tahrir, escenario de sangrientos enfrentamientos entre activistas y la policía durante la revolución, el tráfico circulaba libremente el martes.