Los primeros siete presos políticos cubanos de un grupo de 52 que ofreció excarcelar el Gobierno de la isla caribeña llegaron el martes a España para iniciar una vida como exiliados, dentro de un acuerdo histórico entre La Habana y la Iglesia Católica. Los siete, aparentemente con buen aspecto y acompañados por algunos familiares, arribaron a bordo de dos aviones que aterrizaron en el aeropuerto madrileño de Barajas con un intervalo de una hora a primera hora de la tarde, según imágenes de televisión.
«El exilio para nosotros es una prolongación de la lucha y se puede luchar de muchas formas, pero nosotros tenemos plena fe en la palabra, plena fe en el diálogo y extraordinaria fe en que el cambio es inevitable», dijo el disidente Ricardo González al leer un comunicado en nombre de todo el grupo.
González, además de Omar Ruiz Hernández, Antonio Villarreal Acosta, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque, Lester González Pentón y Pablo Pacheco forma parte de los 20 que la Iglesia cubana dijo que aceptaron viajar a España, donde recibirán ayuda inicial como refugiados.
Cuba decidió la semana pasada poner en libertad antes de octubre a 52 reos de conciencia, en una medida aplaudida internacionalmente que hace entrever una mejoría en las relaciones con Estados Unidos y Europa, que reclaman al Gobierno comunista de la isla un respeto a los derechos humanos.
Desde 1965, el Partido Comunista es el único reconocido en el país.
La excarcelación del grupo, de un total de 75 condenados en el 2003 a penas de entre 6 y 28 años por criticar al Gobierno, es una contundente victoria del insólito diálogo iniciado en mayo entre la Iglesia Católica y el Gobierno de La Habana.
Desde las detenciones en el 2003, la Unión Europea (UE) ha aplicado sanciones diplomáticas y condicionado la ayuda humanitaria al Gobierno cubano a mejoras en derechos humanos y libertad política.
El pasado 23 de abril, la muerte del preso político Orlando Zapata tras 85 días de huelga de hambre para pedir mejores condiciones carcelarias atrajo las críticas internacionales.
Cuba no ha dicho por qué accedió hace poco a la liberación y el traslado a España, pero la respuesta podría hallarse en la profunda crisis económica y la dañada imagen internacional que sufre el país.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, estuvo en Cuba la semana pasada para reunirse con los líderes de la Iglesia católica y el presidente Raúl Castro y ayudar a mediar en la liberación.
Un diplomático español en La Habana dijo a Reuters por teléfono que el segundo grupo de excarcelados saldría el martes con sus familias rumbo a España pero no pudo precisar la cantidad.
«Hoy (martes) también seguirá y habrá más pero no puedo entrar en detalles», dijo el funcionario, que pidió no ser identificado bajo el argumento de que «la información la están dando desde Madrid».
«Va a haber un cierto goteo, que tiene que ver con los trámites administrativos. En la medida que se vayan completando irán viajando», agregó.
En Madrid, Moratinos aseguró que «todos los que sean presos políticos» en Cuba serán liberados, según varios medios, aunque no concretó cuántos viajarán a España o a qué ritmo se producirían esas liberaciones.
España es el principal socio comercial del país caribeño en Europa y ha invertido mucho en la industria turística, de la que la isla depende en gran medida, pero detuvo sus ayudas en el 2003.
Parte de las ayudas fueron reanudadas en el 2007, mientras que otros estados miembros han preferido mantener la presión para pedir un cambio político en el país antes de permitir la ayuda y las inversiones.
No hay consenso político sobre la política hacia Cuba y el Partido Popular se opone a llegar a acuerdos sobre los prisioneros con el Gobierno cubano.
El presidente cubano, Raúl Castro, sustituyó en el cargo en el 2008 a su convaleciente hermano Fidel Castro, en el primer cambio de liderazgo en casi medio siglo.
