Sigue aumentando el número de víctimas del terremoto de intensidad 7,8 que asoló Nepal el pasado sábado. Según fuentes de la policía del país asiático, el número de muertos asciende ya a más de 4.000 y, además hay 7.000 heridos. En las últimas horas se han producido varias réplicas, que no han sido de gran intensidad.
Todo son malas noticias de momento en Nepal. Los precarios campamentos en los que la población ha ido encontrando refugio sufrieron la noche del domingo la aparición de la lluvia, que se espera que continúe durante las próximas horas. Miles de personas permanecen en la calle o en alguno de los quince campamentos habilitados por el Gobierno en Katmandú, apenas unas rústicas carpas, por temor a que las estructuras de sus casas cedan.
La aparición de la lluvia no sólo dificulta la situación de la población sino que prácticamente paraliza la llegada de ayuda al aeropuerto de Katmandú. Fuentes oficiales indias confirmaron que el domingo un avión con ayuda de la Fuerza Aérea India no pudo salir como consecuencia del clima.
Paralelamente, la réplica de 6,7 grados en la escala de Richter del domingo, una de las más de 40 que se han producido desde el sábado, terminaron de tumbar gran parte de las ya golpeadas comunicaciones en el país. En este momento los servicios de internet y telefonía móvil están caídos en la nación asiática, sólo algunas líneas de telefonía fija están activas.
El Gobierno ha solicitado ayuda internacional de todo tipo para poder dar respuesta a las necesidades de la población y afrontar las tareas de rescate. Varios países han enviado ya su ayuda y la comunidad internacional se moviliza para hacer llegar toneladas de suministros y ayuda a la nación asiática.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ha informado de que la réplica tuvo su epicentro a 81 kilómetros al este de la capital nepalí, Katmadú. El movimiento telúrico se sintió en Nueva Delhi y en prácticamente todo el norte de la India y en Bangladesh.
El Gobierno nepalí ha llamado a la población a mantenerse alertadurante las próximas 48 horas ante la posibilidad de que los nuevos temblores terminen de derrumbar edificios afectados y en situación de fragilidad o se produzcan caídas de postes y muros.
De acuerdo con el último balance oficial, la cifra de fallecidos es de más de 4.000 muertos. Además de las miles de personas muertas en Nepal, otras 90 murieron entre La India y China.
De todos ellos 22 fallecidos son montañeros que quedaron sepultados como consecuencia de las avalanchas producidas en el Everest tras el terremoto. En la zona hay 217 desaparecidos.
Una mujer llora la muerte de un familiar en Bhaktapur. REUTERS
Se espera que la cifra de fallecidos vaya subiendo en las próximas horas, ya que hay muchas personas que ha quedado enterradas bajo las montañas de escombros.
Los médicos, desbordados
El terremoto ha evidenciado las carencias de personal y medios de los servicios de atención sanitaria del país, que se han visto desbordados por el gran número de heridos dejados por el terremoto.
El país, con una población de de 28 millones de personas, sólo tiene 2,1 médicos y 50 camas de hospital por cada 10.000 habitantes, según revela un informe de la Organización Mundial de la Salud 2011.
Hasta el momento, muchos de los heridos graves en Katmandú han sido trasladado al Bir Hospital, que abrió el pasado febrero con 200 camas. Sin embargo, los médicos se han visto desbordados y aseguran que necesitan mil camas más para atender a los heridos que llegan en ambulancias y taxis.
«El terremoto ha dejado en evidencia que el mejor hospital de Nepal no da abasto en el momento en el que ha tenido que atender a muchas personas en apuros», ha confesado Sarvendra Moongla, un cirujano jefe del centro.
Los niños con múltiples lesiones esperan a ser atendidos sobre el polvoriento suelo del hospital, mientras que otros cientos de pacientes con fracturas de extremidades y cubiertos de sangre esperan su turno en las tiendas de campaña improvisada a las fuera del hospital mientras sus familiares tratan de encontrar agua potable y alimentos para ellos.
‘Unidos para responder’
Miembros del Ejército indio ya están en las calles de la capital ayudando en las tareas de rescate y media docena de helicópteros de este país sobrevuelan la zona.
El primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, ha pedido a sus compatriotas unidad ante el «gran desastre» del terremoto a su regreso de Yakarta, donde estaba de viaje oficial. «Este es un gran desastre, estemos unidos para responder», manifestó Koirala en unas declaraciones a la prensa tras llegar al país proveniente de Indonesia, donde asistió a la conmemoración del 60 aniversario de la Conferencia de Bandung.
Koirala llamó a manejar la difícil situación que está viviendo el país«de manera constructiva» para no generar «pánico» entre la población y así poder trasladar un mensaje que ayude a organizar la respuesta humanitaria.
Las autoridades trabajan en la recuperación de las comunicaciones yde la electricidad, que está cortada en buena parte del Valle de Katmandú, la zona más poblada del país.
«Intenté entrar en casa, pero llegó un temblor y lo movió todo, no puedo volver y estoy en la calle con mi hijo y mi marido», indicó Radha Ranabhat, una vecina de la zona de Dhapashi donde el terremoto hizo estragos.
El director general de la Autoridad de la Electricidad de Nepal, Mukesh Kafle, indicó que el Gobierno trabaja en la movilización de generadores de electricidad en las torres de telefonía para recuperar la cobertura en el país, severamente dañada por el seísmo.
Nepal es un país donde gran parte de la población tiene generadores individuales por lo que las colas en las gasolineras eran kilométricas a primera hora de hoy con cientos de personas en busca de combustible.
Todos los cuerpos de seguridad están movilizados desde ayer y el Gobierno ha habilitado 15 campamentos en zonas abiertas de la capital para albergar a quienes han perdido su hogar o necesitan ayuda.
Además, las autoridades han enviado cuatro helicópteros a la zona de Gorha, al noroeste de Katmandú y donde se situó el epicentro del terremoto, así como otros lugares del valle para comprobar la gravedad de la situación.
Desde las 6.11 GMT del sábado, cuando se produjo el movimiento tectónico de intensidad 7,8, el país ha sufrido al menos 35 réplicas de intensidad entre 4 y 6,6.
El terremoto de ayer es el seísmo de mayor intensidad en casi 80 años en el país y el peor que ha venido la región en una década, desde que en 2005 un movimiento telúrico causara una tragedia de grandes dimensiones en la Cachemira, con un balance de más de 84.000 muertos