Gran Bretaña advirtió que Irán enfrenta «serias consecuencias» tras la toma de la embajada

El primer ministro británico, David Cameron, advirtió que Irán enfrentará «serias consecuencias» por no haber defendido apropiadamente a su embajada en Teherán de un ataque protagonizado por estudiantes. Centenares de enfurecidos estudiantes iraníes irrumpieron el martes en la embajada británica en Teherán, donde rompieron vidrios y quemaron banderas de ese país y de Israel en protesta por sanciones impuestas por el Reino Unido a la República Islámica para castigarla por su programa nuclear.

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Poco después de conocida la noticia de la toma de su embajada, el premier David Cameron dijo desde Londres que Irán sufrirá «serias consecuencias» por su «inaceptable fracaso» a la hora de brindar la seguridad adecuada a su legación diplomática en Teherán, tal como lo exige la ley internacional, informó la cadena BBC.

El jefe de gobierno señaló que esas medidas de represalia serán evaluadas y anunciadas en los próximos días y agregó que Teherán debe garantizar sin demora la seguridad de las sedes diplomáticas británicas en su territorio y de su personal correspondiente.

Cameron dijo que todos los empleados de la embajada están sanos y salvos y elogió al embajador británico en Irán por su manejo «de una situación peligrosa con calma y profesionalismo».

En imágenes que recordaron la histórica toma estudiantil de la embajada estadounidense de 1979 en medio de la Revolución Islámica, 300 jóvenes quebraron la resistencia de las fuerzas de seguridad, y una vez en el edificio rompieron cristales, arrojaron bombas molotov y lanzaron al aire retratos de la reina Isabel.

Finalizada la protesta con el desalojo de manifestantes y algunos arrestos, el primer ministro británico, David Cameron, fustigó al gobierno iraní por no haber defendido apropiadamente la sede diplomática y dijo que Irán sufrirá «serias consecuencias» por el ataque, al que calificó de «atroz».

Por su parte, la Cancillería iraní señaló que sentía pesar por los «lamentables» acontecimientos y se dijo comprometida con la protección del personal y los sitios diplomáticos extranjeros.

En la protesta, los manifestantes exigieron el cierre de la sede diplomática y la inmediata expulsión del embajador como represalia a sanciones impuestas la semana pasada a Irán por el Reino Unido, en coordinación con Estados Unidos y Canadá, por sus sospechas de que el gobierno iraní quiere desarrollar bombas atómicas.

Horas después, otro grupo similar tomó por asalto la ex residencia de verano del embajador británico, ubicada en el norte de Teherán, donde se apropió de «documentos secretos» que se guardaban en el lugar, que aunque ya no tiene uso oficial conserva su estatus diplomática, informó la agencia de noticias iraní IRNA.

Tras varias horas de protestas y una segunda irrupción de manifestantes en la embajada, la policía iraní informó que los estudiantes abandonaron el edificio y cesaron sus protestas luego de un ultimátum dado por las fuerzas de seguridad.

La policía dijo también que seis empleados de la embajada fueron retenidos por manifestantes antes de ser liberados por las fuerzas del orden, que además arrestaron a varios de los estudiantes y los trasladaron a distintas comisarías de la capital.

En un comunicado, los manifestantes afirmaron que su acción «no fue ordenada por ningún órgano o ente, sino que fue espontánea».

Los sucesos de hoy coronan una escalada de declaraciones de creciente intensidad entre Londres y Teherán, que tuvo anteayer otro fuerte capítulo, cuando el Parlamento aprobó limitar las relaciones diplomáticas y de negocios con Londres, así como la expulsión, en un plazo de dos semanas, del embajador británico.

Por su parte, la Cancillería británica actualizó sus recomendaciones de viaje sobre Irán, aconsejando a los británicos que ya estén en el país que se queden en casa y mantengan un perfil bajo.

La Cancillería iraní dijo en un comunicado que lamentaba el asalto a las dos sedes diplomáticas británicas en Teherán.

«La Cancillería lamenta las protestas que condujeron a algunos comportamientos inaceptables. Respetamos las regulaciones internacionales sobre la inmunidad y seguridad de los diplomáticos y los sitios diplomáticos y estamos comprometidos con ellas», dijo el comunicado, citado por la agencia de noticias iraní ISNA.

En línea con la furia británica se encolumnaron de inmediato los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia, así como el Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea (UE).

Estados Unidos «condena en los términos más fuertes posibles» el ataque, dijo la Casa Blanca en un comunicado, en el que le recordó al gobierno de Mahmud Ahmadinejad la «responsabilidad» del Estado en proteger a las misiones diplomáticas y su personal.

El canciller francés, Alain Juppé, dijo en París que «una vez más, el régimen iraní demostró el escaso aprecio que tiene por el derecho internacional».

Portugal, en su carácter de presidente pro témpore del Consejo de Seguridad de la ONU, condenó los hechos «en los términos más fuertes, mientras que la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, los definió de «inaceptables» y exigió a las autoridades de Teherán el «pleno respeto» de los acuerdos internacionales.

La del martes no fue la primera vez que la embajada británica en Teherán fue blanco de estudiantes iraníes.

En 2007, cerca de dos centenares de manifestantes apedrearon la legación, corearon consignas antioccidentales y pidieron la expulsión del embajador y el procesamiento de 15 marinos británicos capturados el 23 de marzo de ese año por fuerzas iraníes en aguas del Golfo.