Egipcios montan gran protesta y rechazan plan de traspaso de Mubarak

Los egipcios condujeron una de las mayores protestas hasta el momento en su campaña por la dimisión inmediata del presidente Hosni Mubarak, a pesar de que el vicepresidente anunció un plan y un calendario para el traspaso pacífico del poder. Los manifestantes, muchos de ellos conmovidos por el emotivo testimonio de un ejecutivo de Google que fue detenido por las fuerzas de seguridad de Mubarak, llegaron a la plaza Tahrir en El Cairo para asegurarse un lugar en un área que puede alojar a 250.000 personas.

mubarak-must-go

 

Mientras que el Gobierno se niega a cumplir con las principales demandas de los manifestantes, el vicepresidente Omar Suleiman prometió que no habría represalias contra los manifestantes por su campaña de dos semanas para expulsar a Mubarak después de 30 años en el cargo.

 

Sin embargo, los egipcios que acampan en la plaza Tahrir acusaron al Gobierno de estar tratando de ganar tiempo y juraron que no darán marcha atrás hasta que se complete la que llaman una «media revolución».

 

Wael Ghonim, el ejecutivo de Google Inc cuyo emotivo testimonio en una entrevista en televisión pareció impulsar significativamente a la convocatoria del martes, se dirigió a la multitud en un movimiento de protesta que aún no ha producido un líder.

 

«Ustedes son los héroes. Yo no soy un héroe, ustedes son los héroes», dijo Ghonim, que el lunes por la noche relató que las fuerzas de seguridad del Estado lo tuvieron detenido durante 12 días con los ojos vendados.

 

Activistas dicen que Ghonim estaba tras un grupo de Facebook que ayudó a inspirar las protestas. Su entrevista también ayudó a convencer a muchos egipcios de sumarse a la manifestación.

 

«Las lágrimas de Ghonim movilizaron a millones y cambiaron la visión de aquellos que apoyaban la permanencia (de Mubarak)», escribió el sitio web Masrawy.com dos horas después de su aparición en televisión. En un breve lapso, 70.000 personas expresaron su apoyo a través de páginas en Facebook.

 

La agencia oficial de noticias reportó que 34 presos políticos habían sido liberados, los primeros desde que Mubarak prometió reformas para contener el levantamiento popular.

 

Los manifestantes llenaron la plaza por completo por tercera vez desde que comenzó la movilización el 25 de enero.

 

«Vine aquí por primera vez hoy (martes) porque este gabinete es un fracaso, Mubarak se sigue reuniendo con las mismas caras feas», dijo Afaf Naged, de 71 años, ex integrante de la junta directiva del Banco Nacional de Egipto. «No puede creer que sea el fin. Es un hombre muy testarudo», agregó.

 

Suleiman, durante mucho tiempo jefe de inteligencia de Mubarak, ha liderado las conversaciones con los grupos de oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes, enemigos jurados del mandatario.

 

«Se ha establecido una clara hoja de ruta con un calendario para llevar a cabo un traspaso de poder pacífico y organizado», dijo el funcionario.

 

Hasta ahora el Gobierno ha cedido poco terreno en las conversaciones. Mubarak, de 82 años y que ha prometido seguir en el cargo hasta que este expire en septiembre, parece estar capeando el temporal que afecta a Egipto, al menos por el momento.

 

Muchos egipcios dicen que están desesperados por volver al trabajo y a la vida normal, incluso aquellos que quieren derrocar a Mubarak. En el país, alrededor del 40 por ciento de sus habitantes vive con menos de 2 dólares al día.

 

Los manifestantes que permanecen en la plaza Tahrir se mostraron escépticos en torno a las conversaciones y los motivos de Mubarak.

 

«Este diálogo es sólo en teoría, es sólo una maniobra política para ganar tiempo», dijo Sayed Hagaz, del Delta del Nilo.

 

Ayman Farag, un abogado de El Cairo, sostuvo que el trabajo de los manifestantes aún estaba incompleto. «Lo que pasó hasta ahora es sólo media revolución y espero que siga hasta el final», declaró.

 

Suleiman prometió que el acoso a los manifestantes terminaría. «El presidente enfatizó que la juventud de Egipto se merece el aprecio de la nación y emitió una directiva para impedir que sean perseguidos, acosados o se les quite el derecho a la libertad de expresión», aseguró.

 

La marcha del martes y otra convocada para el viernes pondrán a prueba la capacidad de los manifestantes para mantener la presión sobre Mubarak.

 

Las figuras de la oposición egipcia han informado de pocos avances en las conversaciones con el Gobierno. La agencia oficial de noticias MENA informó el lunes que Mubarak había creado dos comités para redactar cambios en la Constitución.

 

Los Hermanos Musulmanes, considerado el grupo opositor mejor organizado, dijeron el lunes que podrían retirarse del proceso si las demandas de los manifestantes no se cumplían, incluida la salida inmediata de Mubarak.

 

En un enfoque cauteloso, Estados Unidos instó a todas las partes involucradas a conducir una «transición ordenada» hacia un nuevo orden político en Egipto, durante décadas un aliado estratégico.

 

En Washington, el secretario de Defensa Robert Gates instó a otros países a conducir reformas, teniendo en cuenta los ejemplos de Egipto y Túnez, donde el presidente fue derrocado el mes pasado.

 

«Mi esperanza es que otros gobiernos de la región, viendo esta acción espontánea tanto en Egipto como en Túnez, tomen medidas para avanzar en una dirección positiva que aborde las demandas económicas y políticas de sus pueblos», dijo en una conferencia de prensa.