Iniciaron las reuniones preparatorias para elegir al nuevo Pontífice. La elección comenzaría el 11 de marzo. El arzobispo de San Pablo, Odilio Scherer, entre los máximos favoritos.
Cardenales de todo el mundo celebraron hoy en el Aula Nueva del Sínodo, en el Vaticano, las primeras reuniones preparatorias del cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, quien la semana pasada renunció al cargo tras casi ocho años de pontificado.
Estos primeros encuentros, a los que asistieron 150 de los 207 que componen el Colegio Cardenalicio, se celebraron cuatro días después de que la Iglesia entrase en sede vacante y, según informó el cardenal decano, Angelo Sodano, de 85 años, hasta que no estén todos los purpurados electores no se fijará la fecha del comienzo del cónclave, que previsiblemente será el 11 de marzo.
De los 207 cardenales que conforman el Colegio Cardenalicio, 117 tienen menos de 80 años y el resto supera esa edad.
Una vez terminada esta reunión preparatoria, decenas de periodistas se acercaron a los cardenales en busca de «primicias».
Los purpurados Luigi Tettamanzi y Crescenzio Sepe, salieron a pie de la reunión, y sólo respondieron remitiendo al encuentro con la prensa del jefe de prensa del vaticano, el jesuita Federico Lombardi.
Sepe, sonriente, ironizó: «No recuerdo nada», según informó la agencia de noticias ANSA.
En estas congregaciones (reuniones) se tratan los asuntos de la Iglesia previos al cónclave y se fija su fecha de inicio.
También sirven para que los cardenales se conozcan mejor, comenten la situación de la Iglesia y diseñen el perfil del próximo papa.
La normativa vaticana contempla que sólo pueden entrar en la Capilla Sixtina, lugar del cónclave, los purpurados con menos de 80 años. Los otros, aunque no puedan votar, sí pueden ser elegidos pontífice y participar en las reuniones preparatorias.
De los 117 electores, dos no participarán en el cónclave, el indonesio Julius Darmaatmadja, por enfermedad, y el británico Keith O’Brien, ex arzobispo de Edimburgo acusado de «comportamiento inapropiado» hacia otros religiosos en la década de los 80.
No se descarta que tampoco asistan a las reuniones preparatorias algunos de los cardenales que superan los 80 años, por motivos de salud.
En tanto, entre los favoritos para la sucesión papal, grupo en el que sobresalen el canadiense Marc Ouellet, el estadounidense, Timothy Dolan, los italianos Angelo Scola y Gianfranco Ravasi, el argentino Leonardo Sandri, el austríaco Christoph Schoenborn y el brasileño Odilio Pedro Scherer, la figura de éste último parece ir acumulando apoyo creciente entre sus colegas.
Scherer cuenta con un respaldo creciente entre los electores estadounidenses, que tomarán parte en el cónclave del cual surgirá el nuevo Papa, según informó la principal emisora de TV local.
«En los pasillos del Vaticano se fortalece el nombre del arzobispo de San Pablo, don Odilio Scherer, como uno de los favoritos a la sucesión» de Benedicto XVI, que presentó su renuncia e jueves pasado, expresó desde Roma la corresponsal de la TV Globo durante el Jornal Nacional, el telediario de mayor audiencia de Brasil.
Según la emisora, Scherer «podría» recibir el respaldo de los «11 electores norteamericanos» quienes aparentemente están interesados en evitar la consagración de un Papa de origen europeo.
Sin embargo, para contar con el aval de otros grupos de cardenales y conquistar el voto de la mayoría de los 115 que participarán en el Cónclave, Scherer deberá asumir el compromiso de designar a un purpurado italiano al frente de la Secretaría de Estado vaticana.
Scherer no es el único purpurado latinoamericano visto como un candidato serio al Trono de Pedro ya que también se mencionan nombres de cardenales de «Venezuela, México y Argentina» como papables relativamente bien posicionados, agregó la agencia ANSA.
En tanto, el arzobispo de San Pablo, la mayor arquidiócesis de América del Sur, pasó el sábado en la ciudad italiana de Asís, y evitó formular declaraciones referidas directamente a sus chances de resultar electo como nuevo Pontífice.
En diálogo con la TV Globo, Scherer se limitó a decir que «son pocos los cardenales que tienen la oportunidad de participar en un cónclave, no todos pueden hacerlo porque para ello necesitan tener menos de 80 años».
El religioso, de 63 años, creado cardenal por Benedicto XVI en 2007, agregó que «es evidente que esta es una situación única, una oportunidad única para mí también».
Con su partida, Benedicto XVI se convirtió en el primer Papa en renunciar en 600 años, dejando a la Iglesia en un inesperado limbo y luego de un pontificado marcado por escándalos que fueron desde revelaciones de abusos sexuales por parte de sacerdotes a filtraciones a la prensa de documentos privados del pontífice.
Al anunciar su decisión, el mes pasado, el alemán Joseph Ratzinger argumentó que ya no tenía la fuerza física ni espiritual que exige su cargo.
El ahora papa emérito Benedicto XVI se alojó en el palacio papal de Castelgandolfo, cerca de Roma, donde pasará dos meses hasta que se refaccione un monasterio donde planea vivir retirado hasta su muerte.