El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció la ruptura de relaciones con Colombia, a cuyo gobierno tildó de «violento» y «mentiroso». Estaba acompañado por Diego Maradona. «Lo anuncio con una lágrima en el corazón: Venezuela rompe a partir de este momento todas las relaciones con Colombia», aseguró Chávez. Sobre la presidencia de Alvaro Uribe, dijo que «ha sido un gobierno guerrerista, mentiroso, agresivo, violento, virulento, energúmeno».
«Esperemos que no ocurra nada más grave en estos días que le quedan al presidente Uribe porque anda como enloquecido», disparó Chávez.
Además, pidió que el gobierno electo de Colombia «contribuya a que se retome el camino de la razón en Colombia».
En tanto la OEA pidió a Colombia y Venezuela que «calmen los espíritus» y busquen un «camino» para superar la ruptura de relaciones que provocó la denuncia colombiana ante el foro regional sobre la presencia de unos 1.500 guerrilleros en territorio venezolano.
La noticia de que el Gobierno venezolano había cortado sus lazos con Colombia, conocida en medio de una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para escuchar las denuncias colombianas, motivó llamamientos a la calma, el diálogo y la búsqueda de un entendimiento, así como ofertas de mediación, por parte de una veintena de Estados miembros.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, hizo un «llamado a calmar los espíritus y buscar un camino» para que Colombia y Venezuela superen en los «próximos meses» esa ruptura, y ofreció la cooperación y los buenos oficios del organismo.
Eso sí, recordó, ambas naciones tienen que dar este paso de «común acuerdo».
Según dijo desde Caracas, el presidente venezolano, Hugo Chávez, rompió relaciones con Colombia ante la «gravedad de lo ocurrido» en la OEA y «por dignidad».
Previamente el embajador de Colombia ante el organismo, Luis Alfonso Hoyos, había denunciado una presencia «consolidada», «activa» y «creciente» de unos 1.500 guerrilleros en Venezuela, y pedido al Gobierno de Chávez que tome «sin dilación» acciones «inmediatas» contra los 87 campamentos que, dijo, han existido históricamente en ese país.
Según Hoyos, el Gobierno de Álvaro Uribe ha buscado «pacientemente la cooperación bilateral» y la mediación, pero todos los esfuerzos han sido «infructuosos».
Recalcó que «nunca es tarde» e hizo votos para que las pruebas presentadas ante la OEA generen «una reacción del Gobierno venezolano» que no sea «simplemente el insulto y el ataque», sino la cooperación «práctica» y «real», en cumplimiento de sus obligaciones nacionales e internacionales.
Hoyos, a quien se le quebró en dos ocasiones la voz, enseñó a los demás embajadores en pantallas fotografías, mapas, coordenadas, imágenes de satélite y vídeos de cuatro campamentos de las FARC -el Bolivariano, Berta, Santrich y Ernesto- y uno del ELN, en los estados venezolanos de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas.
Esas estructuras tienen coordenadas absolutamente confirmadas, según el Gobierno de Álvaro Uribe, que tiene además constancia de entre 20 y 39 campamentos más pero de los que no dispone información tan precisa.
Hoyos igualmente documentó la presencia de importantes cabecillas de las FARC y del ELN en el país vecino, entre ellos, dijo, Jaime «Canaguaro» y «Ciro», el jefe «Iván Márquez», el «Canciller» Rodrigo Granda y Carlos Marín Guarín, alias «Pablito».
Hoyos, que ha entregado a la OEA todo el material para que lo evalúe, pidió al organismo que cree una comisión internacional que verifique en 30 días la presencia de las guerrillas en Venezuela.
El plazo, indicó, no debe ser mayor para que no se pueden «tapar» las pruebas. Insulza dijo después a la prensa que para poder enviar una misión necesitaría la autorización de Caracas.
Hoyos también entregó a Insulza el nuevo plan de retoma de áreas en Colombia por parte de la guerrilla, al parecer generado desde el campamento base Bolivariano, así como pruebas de préstamos de dinero autorizados por Chávez.
Las pruebas más recientes datan de junio 2010.
El embajador venezolano, Roy Chaderton, rechazó tajantemente la denuncia presenta por Hoyos, que calificó de «mentira evidente» y «maliciosa», de «montaje» y de «circo mediático», al tiempo que rechazó la posibilidad de permitir la visita de una comisión.
«Se sentaría un precedente muy curioso en este foro de gente informada (…) si nos dedicáramos a visitar cada uno de nuestros países para pronunciarnos sobre los problemas de orden interno», dijo.
El embajador venezolano aseguró que las FARC, el ELN y las paramilitares AUC «son un fenómeno colombiano».
«Siguen en Colombia porque su presidente, el que más se vanaglorió de haberlos derrotado, no pudo cumplir sus promesas», afirmó en referencia a Álvaro Uribe, que abandonará la Presidencia el próximo 7 de agosto.
Resaltó que la sesión de la OEA fue «un capricho de un gobernante lleno de rabia y sin capacidad para controlar sus emociones», pero que tiene una «tarea por acabar»: la de «acabar» con Chávez.
Por medio de Hoyos, el Gobierno colombiano calificó la ruptura de las relaciones de «muy triste» y de «doble error histórico».
Venezuela no debería «romper las relaciones con un gobierno legítimo, sino con esa ‘banda de criminales’ que son las guerrillas», indicó Hoyos, a la vez que lamentó que Venezuela cierre las puertas a la visita de una comisión que verifique las pruebas presentadas.
Sin embargo, no se mostró demasiado sorprendido por la ruptura de los lazos, pues alegó que siempre que su Gobierno ha sacado información de este tipo Venezuela ha respondido con embargos y rupturas.
Venezuela, afirmó, «no tiene ningún interés en romper esos lazos con estas redes internacionales del crimen».
«Lo que ha quedado en evidencia (…) es simplemente una confesión de parte. Lo que todos sabíamos; pero es la constatación pública en este escenario de la confesión de parte», insistió Hoyos.