Caso Pauluk: La familia logra descifrar contraseña de correo electrónico

Apenas finalice la feria judicial, el Juzgado de Instrucción 1 de Posadas ordenará una batería de medidas para darle un nuevo impulso a la investigación del crimen de Javier Pauluk. Los peritos de Gendarmería volverán a revisar la computadora de la víctima e ingresarán a un correo electrónico cuya contraseña fue descifrada por la familia. La contraseña está incorporada al expediente desde mediados de 2009, pero nunca se ordenó una pericia para ver si allí surgía algún indicio o prueba que permitiera esclarecer el brutal y misterioso crimen.

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La investigación iniciada por el asesinato a balazos del ingeniero Javier Pauluk tomará un nuevo impulso apenas finalice la feria judicial. En el Juzgado de Instrucción 1 preparan todo para cumplir con una serie de pedidos que realizó la fiscal Amalia Spinnato, pero todas las expectativas están centradas en un nuevo peritaje sobre la computadora de la víctima, ya que sus familiares pudieron obtener algunas claves de acceso.

La tarea de buceo en el correo electrónico decodificado y en el resto de la pc será encargado nuevamente a Gendarmería, pero esta vez se designará a un perito de Posadas para evitar la demora que implica enviar la máquina hasta el gabinete que esa fuerza tiene en Buenos Aires.

La contraseña está incorporada al expediente desde mediados de 2009, pero nunca se ordenó una pericia para ver si allí surgía algún indicio o prueba que permitiera esclarecer el brutal y misterioso crimen.

A partir de agosto, volverán a desfilar por el Juzgado de Instrucción 1 testigos que ya declararon pero superficialmente en la causa, se pedirán informes sobre algunos números telefónicos y se completarán algunos exámenes de ADN.

Los familiares del ingeniero asesinado saben que el paso del tiempo es una complicación extra para los investigadores. Pese a ello, recomiendan retomar de cero el caso y trabajar con todas las hipótesis, y no quedarse únicamente con la pasional como hizo hasta ahora la Policía y la Justicia.

El expediente acumula 12 cuerpos, lo cual equivale a 2.500 fojas, pero ninguna pista concreta sobre la identidad de la persona que por la espalda y utilizando un revólver calibre 38 le descerrajó cuatro tiros a Pauluk.

Miriam Pauluk, hermana de la víctima, recordó que la Policía de Misiones encargó el peritaje de la computadora de Javier a un joven que aún no había completado la carrera de informática. «Debían analizar la PC de un ingeniero informático y se la dieron a un estudiante!!! Con todo respeto, me parece que por momentos hubo mucha improvisación», sostuvo Miriam.

La familia del joven aportó todas las casillas de correo electrónico que éste manejaba, pero nadie se encargó de desbloquear las contraseñas para buscar amenazas, relaciones ocultas o cualquier otro indicio que permitiera avanzar en la investigación.

«Desde un primer momento le dije al juez y a la Policía que era una aberración que siguieran una única línea de investigación», dijo Miriam, refiriéndose a la de un crimen con connotaciones pasionales. En ese sentido recordó que «a los 20 minutos de haber aparecido el cuerpo de mi hermano dentro del coche ya nos preguntaron si conocíamos o habíamos escuchado hablar de Juan Pablo Cecheto». El joven estuvo detenido varias semanas por el crimen pero fue liberado tras comprobarse que al momento del crimen se hallaba en Buenos Aires.

Miriam está convencida que una persona de la extrema confianza de su hermano al menos fue testigo o partícipe del crimen. «Javier no le prestaba el auto a nadie, siempre manejaba él. Ese día, cuando lo mataron, estaba sentado en la butaca delantera derecha y el asesino le efectuó los disparos desde el asiento de atrás», recordó. «Me aterra pensar que pude haberme cruzado con el asesino las veces que estuve en Posadas», afirmó.

El médico forense que realizó la autopsia estableció que Pauluk estaba relajado al momento del crimen, lo cual permite aseverar que el ataque fue sorpresivo. «Estuvimos hablando con el médico y nos dijo que esa noche no había comido, no había tomado alcohol ni algún medicamento, y tampoco había mantenido relaciones sexuales», explicó Miriam.

A Javier le pegaron cuatro tiros con un revólver calibre 38 y uno de los proyectiles atravesó el parabrisas del Volkswagen Gol en el que había salido la noche del 10 de abril de 2009. «El auto estuvo doce horas abandonado sobre la calle Catamarca casi Buenos Aires con un balazo, con una persona adentro que tenía cubierto el rostro con una toalla y un brazo con manchas de sangre y nadie se dio cuenta. Todo es muy raro», dice desde Resistencia la hermana de la víctima.