Caso Ángeles: La defensa de Mangeri pidió su libertad y la nulidad de la causa

La defensa de Jorge Mangeri solicitó la nulidad de su detención en el marco de la causa por el homicidio de Ángeles Rawson, y reclamó su libertad y sobreseimiento definitivo, informaron fuentes judiciales.

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El planteo de nulidad -al que accedió Télam-, fue presentado ante el juez de instrucción 17 porteño a cargo de la causa, Javier Ríos, por los abogados Miguel Angel Pierri y Marcelo Biondi, quienes sostuvieron que su cliente fue «un imputado encubierto».

En el escrito, los abogados piden la nulidad de la testimonial de Mangeri, el acta de autoincriminación, el pedido de indagatoria y detención formulado por la fiscal Paula Asaro, la detención ordenada por el juez subrogante Roberto Ponce y, apelando a la «doctrina del árbol envenenado», de todo acto procesal posterior.

De esta manera consideraron nulo el estudio de ADN que incriminó al portero y fue usado como prueba principal para su procesamiento y prisión preventiva.

El argumento central en el que la defensa funda el planteo de nulidad es que aquella noche del viernes 14 y la madrugada del sábado 15 de junio se violaron «derechos y garantías constitucionales» de Mangeri cuando fue llevado a declarar a la fiscalía como testigo y, para la defensa, ya era un sospechoso y había elementos para pedir su indagatoria.

Pierri y Biondi mencionan que ya a fojas 168 de la causa consta un mail enviado por una mujer a las 23.58 del miércoles 12 de junio que decía «investiguen al portero del edificio».

En ese mail, transcripto en el planteo de la defensa, la denunciante -sus iniciales son M.R.-, dice: «Mi empleada doméstica hoy me comentó que vive en la casa tomada de al lado y que sospechan del portero del edificio porque es un tipo que siempre acosa verbalmente a las mujeres y ellas tienen miedo de él».

Los abogados también mencionan que antes de que Mangeri declare como testigo, la fiscal Asaro le formuló a los hermanos de la víctima, Juan Cruz Rawson y Jerónimo Arellano Villafañe, preguntas de concepto sobre el encargado de Ravignani 2360 y su relación con su hermana de 16 años.

Además, señalan que entre las fojas 273 y 277 hay constancias de que la fiscalía ordenó el traslado por la fuerza pública de Mangeri para que comparezca como testigo y que la División Homicidios de la Policía Federal al ir a buscarlo al edificio de Ravignani, ingresó al sótano y le notificó a la fiscal que allí había una bolsa con sogas.

«La fiscal a esa altura sospechaba de Mangeri con respecto al hecho investigado, en lugar de solicitar al magistrado que se lo cite a prestar declaración a tenor del art. 294 (indagatoria), continuó el camino avasallante de los derechos constitucionales del imputado haciéndolo comparecer por medio de la fuerza pública -disfrazado de policía- a prestar declaracion testimonial bajo juramento de decir verdad», dice la defensa.

Pierri y Biondi también cuestionan la forma en la que Mangeri fue interrogado en la fiscalía aquella noche al considerar que «el tenor de las preguntas que se le efectuaron son propias de una declaración a tenor del art. 294 del ritual» (indagatoria) y no de una testimonial bajo juramento.

En el escrito, los defensores enumeran las 39 preguntas de carácter de indagatoria que, según su criterio, la fiscal le hizo  a su cliente, y además remarcan que a esa altura de la investigación, el padrastro de la víctima -quien aún no declaró en la causa-, también era sospechoso y no fue sometido al mismo interrogatorio que Mangeri.

«El Sr. Sergio Opatowski conforme surge de las constancias de la causa también resultaba sospechado, sin embargo no se adoptó el mismo temperamento ilegal como sí se hizo con el Sr. Mangeri, al ser convocado a prestar declaración bajo juramento de decir verdad, violándose el principio de incoercibilidad del imputado y todos sus derechos constitucionales», dicen los letrados.

La defensa luego introduce el presunto «apriete» que denunció en su última indagatoria Mangeri haber sufrido aquella madrugada en la fiscalía por parte de personal policial.

Para ello, los abogados hacen hincapié en la irregularidad de los horarios y especialmente las poco más de dos horas que pasaron entre que las 2.52 del sábado cuando terminó la testimonial de Mangeri y las 5.15 cuando se redactó el acta de autoincriminación en la que el encargado dijo «soy el responsable (…), fui yo».

«Ha dicho mi pupilo ante V.S. (…) que luego de prestar declaración testimonial estuvo en una oficina en la sede de la Fiscalía, donde personal policial lo ‘apretó’ para que se haga cargo del hecho», señala el escrito.

Pierri y Biondi también plantearon la nulidad de la pericia de ADN que determinó que debajo de las uñas de los dedos índice, medio y anular de la mano derecha de Angeles había material genético de Mangeri, argumentando que la defensa no tuvo el debido control de los peritajes.

En el tramo final del escrito, los abogados solicitan: «Se haga lugar a las nulidades absolutas articuladas y se declare en igual sentido la de todos los actos procesales consecuentes, dictándose el sobreseimiento de mi pupilo y disponiéndose su inmediata libertad».