BP busca limpiar su imagen y despide a su jefe

La gigante petrolera BP lanzó el martes un plan para reconstruir su deteriorada imagen en Estados Unidos, y despidió a su jefe como parte de un programa para sanear la compañía que contempla la venta de activos por hasta 30.000 millones de dólares. Sin embargo, la compañía, que desató la ira pública por su derrame de crudo en el Golfo de México, alimentó las críticas al compensar costos de la marea negra contra créditos fiscales, una jugada que le costará a los contribuyentes estadounidenses casi 10.000 millones de dólares.

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BP nombró al estadounidense Bob Dudley como nuevo presidente ejecutivo y anunció que Tony Hayward dejará el cargo en octubre tras su mal desempeño durante la crisis causada por el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos.

La catástrofe provocó a la firma una pérdida trimestral de 17.000 millones de dólares.

«Creo que no es posible que la compañía avance en Estados Unidos mientras yo sea el rostro de BP», dijo Hayward a los periodistas en una conferencia telefónica.

«Así que que por el bien de BP, y particularmente por el bien de BP en Estados Unidos, es correcto que yo (…) deje el cargo», agregó.

La filtración petrolera fue tapada hace dos semanas tras verter hasta 60.000 barriles por día en el Golfo, arruinando la industrias pesquera y la del turismo, además de contaminar las costas de varios distritos estadounidenses.

El presidente del directorio de BP, Carl-Henric Svanberg, dijo que la compañía «se examinará cuidadosamente» después del derrame: «BP (…) será una compañía diferente de aquí en adelante».

Sin embargo, Dudley rechazó la idea de que la cultura de BP, que según dicen inversores y analistas insta a tomar mayores riesgos que algunos rivales, contribuyó al desastre en el Golfo de México.

«Un cambio total en la cultura de esta compañía es necesario», dijo el lunes el congresista demócrata Ed Markey en el programa «The Early Show» de la cadena CBS.

Svanberg dijo que no tenía intención de renunciar y que nadie de la mesa directiva le había sugerido hacerlo, a pesar de que algunos inversores se quejan de que hizo muy poco por defender a BP de las críticas.

Las acciones de BP, que perdieron más de 70.000 millones de dólares en valor desde la crisis, perdían un 2,63 por ciento a las 1536 GMT en Londres y un 2,15 por ciento en Nueva York.

BP dijo que planeaba vender activos por un valor de hasta 30.000 millones de dólares durante los próximos 18 meses para pagar sus pasivos y crear una compañía más pequeña con potencial para crecer más.
«En general, vemos a BP vigorizándose con la nueva estrategia; un nuevo presidente ejecutivo y la desaparición de la peor noticia para la compañía en cuanto a costos en Estados Unidos», dijo Jason Kenney, analista petrolero de ING.

Aparte del derrame, el negocio de BP está creciendo y las ganancias subyacentes subieron un 77 por ciento en el segundo trimestre, gracias a un alza de los precios del petróleo y el gas y a mejores márgenes de refinación.

Excluyendo un cargo por 32.200 millones de dólares por el derrame y otros costos no operativos, las utilidades de BP sin contar cambios en el valor de inventarios -comparables a las ganancias netas- alcanzaron los 4.980 millones de dólares.

Esta cifra está en línea con el pronóstico promedio de una encuesta de Reuters entre 11 analistas y representa un aumento del 77 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado.

BP podría empezar la próxima semana con el procedimiento final para sellar su pozo dañado, dijo el funcionario de mayor rango designado por el Gobierno estadounidense para supervisar la respuesta ante el derrame.

Esta operación consistiría en inyectar lodo y cemento a través de un pozo de alivio que empezó a perforarse el 2 de mayo, obturando el pozo dañado en un punto cerca de la base.

«Lo siguiente que debemos hacer es llevar este pozo (de alivio) hasta la posición desde la que podamos hacer la intercepción y sellarlo desde su base», dijo a los periodistas en Washington el almirante retirado de la Guardia Costera Thad Allen.

Más de 5 millones de barriles de crudo se han derramado en el Golfo de México desde que comenzó la fuga submarina, según estimaciones del Gobierno estadounidense.

Algunos residentes de la costa del golfo, furiosos por los daños causados por el derrame y por el proceso de indemnizaciones de BP, dijeron que estarán felices con la partida de Hayward.

«No se lo extrañará» manifestó Larry Hooper, de Empire, Luisiana, quién administra una empresa de alquiler de embarcaciones de pesca.

Hayward, un geólogo de 53 años, ha descrito a Dudley como el «secretario de estado» de BP por su rol de supervisor de las tareas de limpieza. Dudley, quién fue criado en Misisipi, sería el primer no británico que se convierte en jefe de BP.

BP ha perdido un 40 por ciento de su capitalización de mercado desde que comenzó el derrame, que ha afectado a cerca del 39 por ciento de la costa que se extiende desde Brownsville (Texas) a los Cayos de Florida.

Pese a su salida, Hayward podría no escapar a otra ronda de audiencias ante el Congreso estadounidense. El senador Robert Menendez dijo que quiere que Hayward testifique sobre si BP tuvo influencia en la liberación del terrorista libio acusado del atentado de Lockerbie, motivada por intereses comerciales.

Hayward es el tercero de cuatro presidentes ejecutivos de BP obligados a abandonar prematuramente su puesto. John Browne renunció luego de mentir en documentos judiciales sobre un amorío gay, y Bob Horton debió salir por desacuerdos estratégicos en 1992.

(Reporte adicional de Kristen Hays en Houston, Rachelle Younglai en Venice, Luisiana, Angela Moon y Daniel Trotta en Nueva York, y Paul Hoskins en Londres, escrito por Michael Shields y Emily Kaiser; editado en español por Hernán García )