Bolivia y Paraguay enfrentados por el pedido de refugio de un gobernador

El presidente boliviano, Evo Morales, dijo el miércoles que ningún país puede «proteger a corruptos», en respuesta a una declaración de su homólogo Fernando Lugo, quien mencionó indicios de «persecución política» en el caso de un gobernador boliviano que huyó de Bolivia y pide refugio en Paraguay.

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Morales se refería al caso de Mario Cossío, uno de los más importantes opositores a su gobierno, quien huyó a Paraguay en diciembre tras ser separado de su cargo como gobernador del departamento de Tarija, acusado de corrupción.

«Este es un caso de corrupción. Por supuesto, respetando la soberanía de cualquier gobierno, de cualquier país, pero no puede haber gobiernos, países, ni organismos internacionales que puedan proteger a corruptos», afirmó Morales en conferencia de prensa en la sede presidencial.

Lugo declaró el martes a la cadena estadounidense CNN que Paraguay «no tendrá ninguna dificultad de brindar el estatus de refugiado» al ex gobernador boliviano, al tiempo que indicó que «hay indicadores» de que Cossío «siente una persecución política».

«Hay indicadores, también hay publicaciones periodísticas sobre la forma en que el mismo ha sido destituido de su cargo, si bien tiene causas con la justicia», subrayó el gobernante.

«Darle el estatus de refugiado al gobernador Cossío no depende exclusivamente del presidente de la República. Lo determina la Conare, pero he adelantado mi opinión, creo que Paraguay tiene una larga tradición solidaria con los que han pedido refugio en este país», dijo Lugo.

La Comisión Nacional de Refugiados (Conare) de Paraguay, un organismo de siete miembros conformado por personal del Ejecutivo y el Legislativo, debe decidir antes de fines de marzo si le otorga refugio.

«Existe la tendencia para aprobar el pedido de refugio, con más razón después de las declaraciones del presidente de la República, quien admitió que Cossío siente que está perseguido en Bolivia», dijo este miércoles en Asunción a la AFP la senadora oficialista Zulma Gómez, que representa al Senado en la Conare.

La senadora Gómez, perteneciente al Partido Liberal, el mayor de la coalición que apoya a Lugo, dijo no haberse sorprendido por las declaraciones del mandatario.

«Por más amigo que sea del presidente Morales, este es un asunto de derechos humanos. Ni el presidente ni nadie puede desconocer tampoco la tradición secular del Paraguay de solidaridad con los perseguidos. Eso nosotros lo tenemos muy claro», precisó Gómez.

«Cossío es un político que fue electo cinco veces por su pueblo, destituido sin un juicio justo, sin que se haya respetado el debido proceso», consideró la senadora.

Tanto Lugo como Morales dejaron claro, pese a la discrepancia, que las relaciones entre los dos países no deberían resentirse por este caso puntual, que ya generó un intercambio agrio de declaraciones el fin de semana entre los vicepresidentes boliviano, Alvaro García Linera, y paraguayo, Federico Franco.

Cossío tiene abiertos 15 procesos por supuesta corrupción pero sin ninguna sentencia judicial. Según una ley boliviana de mediados de 2010, basta con una acusación formal contra un funcionario para que éste sea destituido.

Gracias a esa norma, dos alcaldes de capitales departamentales opositores a Morales, además de Cossío, fueron relevados de su cargo y reemplazados por funcionarios oficialistas.

Cossío, uno de los dirigentes emblemáticos de la resistencia regional contra Morales en 2008, asegura que en su país jueces y fiscales son manipulados por el Gobierno y que por ello decidió huir.