Argentina / Política / Opinión | Interpretación del controversial discurso del presidente Javier Milei en Davos

El politólogo Mario Riorda ha publicado en la red social «X» un análisis muy breve de los más de 20′ que utilizó Javier Milei para su deposición en el foro mundial de Davos. Riorda, dueño de una capacidad de síntesis impactante, despliega su crítica acerca de cuatro ideas y tres comsecuencias tras el paso del presidente por el escenario empresarial suizo.

4 IDEAS y 3 CONSECUENCIAS del discurso del presidente Milei en Davos.

1️⃣ Superioridad moral. Su definición de la política económica es desde una sentencia: lo “Justo y moralmente superior”. Literal.
2️⃣ Argumentación falaz y pre científica. “La evidencia empírica es incuestionable”. Literal. En su visión, el mundo tiene un “marco teórico equivocado”. Desde (su “dato”) 1800, todo el mundo occidental se equivocó menos él y sus “teóricos” libertarios. Se equivocaron todas las ideologías políticas, todos los medios, todas las universidades, toda la multilateralidad internacional.
3️⃣ Primitivismo y negacionismo. Negación de la política. Negación del estado. Negación del cambio climático. Negación del feminismo. Son “supuestos conflictos sociales nocivos”. Literal.
4️⃣ Nunca fue tan enfático en defender al gran empresariado: “Empresario como benefactor social”. Literal. Gran empresario como “héroe”. Mantuvo una postura explícita en defensa de los monopolios. Definió al estado como un actor coaccionador por su rol distributivo (distorsionador según el).

CONSECUENCIAS:
A) No hay modo de debatir desde la superioridad moral (la no argumentación). Todo es imposición.
B) Se acaba, en su idea, cualquier decisión solidaria y pública. El estado al servicio de la competencia humana.
C) Negar la ciencia, negar la diversidad, negar instancias de organización de lo público, es un estado irracional de falta de acuerdos de convivencia.

En otro posteo,  Mario Riorda, se refiere además, con mucha precisión, al Discurso Polarizante»

¿Qué es un «DISCURSO POPULARIZANTE»? Aquel que nubla la condición de democraticidad de un actor o del discurso político, desde estos componentes:
1️⃣ Los sujetos hablantes son personas solitarias que no dialogan. La “otredad”, el sujeto (persona o institución) destinatario de la adversarialidad sólo es concebido para ser humillado, pisoteado. Hay un objetivo: no sólo que trastabille el rival, sino que caiga y además quede golpeado y estigmatizado. La anulación de su condición de adversario parte de un juicio moral categórico que quita de sustancia la validez y aptitud de las personas opositoras en el juego democrático. Humillación, provocación, escandalización son sus elementos. Por ende, la democracia es concebida como un juego de exclusión. Ganar es la muerte política del adversario.

2️⃣ El discurso promueve la tribalización como colectivos cerrados. Liderazgos con fans. Las normas del consenso interno de los grupos, como acto tribal, prima por sobre las normas del consenso democrático. Celebración, exaltación y mitificación del liderazgo hacen a una distinción identitaria. Mientras más disrupción, más osadía, más devoción tribal.

3️⃣ Sin pretensión de verdad. Lo que se quiere decir no requiere de veracidad ni lógica. Mucho productor de estos discursos es un sujeto productor y proveedor de desinformación o bien, directamente de fake news. En su propia tribu, tiene capacidad de resignificar el pasado a cada rato, incluyendo la negación de la evidencia. El discurso, arrogantemente, se presenta como precientífico y premoderno.

4️⃣ Juegan al límite. El concepto de eficacia pragmática guía. La búsqueda de la máxima asertividad sin límites fácticos, éticos ni de formas de justicia. El discurso justifica los medios. Lo que sirve, no importa como se logra. Lo que sirve, no importa lo que daña. Lo que sirve, no mide consecuencias.

5️⃣ Funciona como mojón -como punto de referencia- ideológico. Se presenta con una estética asociada al histrionismo como goce. Con poca evidencia, pero con mucha estridencia. Llama laatención y suele ser un punto ordenador del que la mayor parte del sistema político se diferencia. Son un eje que articula o modifica un nuevo continuum en el espectro ideológico.

Y ya en la entretela de la realidad política vernácula, Riorda nos deja una gran incógnita.

Genera intriga qué dirá la oposición “constructiva” o “dialoguista” luego del discurso de Davos. Debería ser un antes y un después. Fue demasiada trascendente la línea marcada para ser indiferente. Muy, pero muy especialmente para la UCR.

Enlace para leer todos los posteos de Mario Riorda en «X»