El presidente anarcocapitalista Javier Milei anticipó que su Gobierno trabaja en una reforma para que las Fuerzas Armadas puedan intervenir en conflictos de seguridad interna, algo que actualmente tienen vedado. De esta forma abre una puesta difícil de cerrar después que es la de que nuevas fuerzas se sumen al gran problema del narcotráfico, la corrupción. Algunos mandos del Ejército argentino dejaron correr que no están de acuerdo con la idea.
“Estamos evaluando enviar una nueva ley de seguridad interior que les permita a las Fuerzas Armadas que puedan tomar algunas acciones adicionales”, informó el jefe de Estado en una entrevista concedida al periodista Chiche Gelblubg en Crónica.
Según especificó, el tema fue eje de debate en la reunión de gabinete de este martes. “Luis Petri trajo la ley y ya la tenemos lista para mandarla, pero Patricia (Bullrich) estaba en el avión volviendo de Rosario y me pareció prudente tomar una decisión final cuando faltaba una de las partes”, dijo el Presidente.
Si bien evitó dar precisiones sobre el contenido de la reforma, Milei dijo que los integrantes de las tres fuerzas podrán tomar acciones “acorde a la calidad de los eventos que están ocurriendo”. “Ellos están preparados para hacerlo, pero está reglamentada la forma en la cual vos tomas acciones”, precisó.
La novedad surge en medio del recrudecimiento de la violencia narco en Rosario. El Poder Ejecutivo conformó un Comité de Crisis y ordenó que las Fuerzas Armadas participen en cuestiones logísticas del operativo, sin embargo muchos efectivos presentaron reparos y exigen lo que Milei anunció hoy: una modificación legislativa que les dé más herramientas.
Actualmente, el artículo 27 de la ley de Seguridad Interior autoriza el requerimiento de las Fuerzas Armadas por el Comité de Crisis mediante la afectación de “sus servicios de arsenales, intendencia, sanidad, veterinaria,
construcciones y transporte, así como de elementos de ingenieros y comunicaciones”. La ley también autoriza a las Fuerzas a desplegar tareas de combate para reponer la paz en un caso excepcional como el estado de sitio hasta que se restaure la normalidad.