Marín describió la estrategia como un «acuerdo de honestidad con los consumidores», aunque la realidad de los aumentos acumulados durante 2025 genera escepticismo. La implementación del «micro pricing» y la normativa de no anunciar subas previamente, que se sufren en los bolsillos, se perciben como otro engaño libertario similar al ocurrido en mayo. La reducción puntual no logra compensar el hecho de que, en el transcurso del año, los aumentos superan ampliamente a la inflación.
De hecho, los precios de los combustibles continuaron aumentando por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Las subas acumuladas hasta noviembre son alarmantes: la nafta súper registró un incremento del 41 % y la nafta premium del 31 %, cifras que se encuentran muy por encima del IPC acumulado, que fue del 27,9 %.
La reducción anunciada por Marín no será homogénea y se ajustará a las «diferencias estructurales entre regiones». La empresa indicó que continuará monitoreando el precio internacional del crudo, el tipo de cambio y los costos logísticos para determinar los precios futuros. Respecto al gasoil, la situación es distinta, ya que el CEO de YPF anticipó que habrá aumentos en algunos tipos de productos, reforzando la tendencia alcista en los costos de transporte y producción.

