Juan Carlos Caraballo, presidente del Colegio de Ópticos, aseguró que la institución educativa posadeña Alas y Raíces no cuenta con el aval de una universidad para dictar la carrera de óptico técnico contactólogo. La primera promoción ya recurrió al Colegio a matricularse pero fueron rechazados por ésta situación, y sólo pudieron lograr ser reconocidos como auxiliares. La carrera dura tres años. «Nosotros le advertimos al Alas y Raíces que necesitaban de ese aval pero nunca lo tramitaron».
Por otra parte, Caraballo, argumentó la clausura de dos ópticas céntricas de Posadas. Explicó que una de ellas, Stylos, habilitó un nuevo local sin que se cumpliera el tiempo necesario de matriculación, que debe contar con el respaldo del Colegio de Ópticos y del Ministerio de Salud.
«Se tomaron el atrevimiento con prepotencia de abrir la óptica sin estar matriculados y por supuesto el Colegio debe actuar».
Por similar situación atravesó Óptica Santa Lucía, ubicada en Bolívar casi San Luis, que al no contar con la matriculación no pueden atender al público. Sin embargo lo hacen con la puerta a medio abrir, aseguró Caraballo.
«Estamos hablando de salud visual y tienen que cumplir con todas las normas de seguridad».
En tanto desde el centro educativo señalan que «el instituto Alas y Raíces tiene habilitación del ministerio de Educación y aval universitario del Chaco para la carrera de ópticos». Así lo aseguró su representante legal, Jorge Hernández, quien adjudicó a «intereses comerciales» los cuestionamientos que recibe de parte del Colegio de Ópticos de Misiones.
Según Juan Carlos Seutín, propietario de Óptica Stylos que el fin de semana sufrió la clausura de su local por disposición del Colegio de Ópticos, aseguró que la decisión responde a «un capricho de cinco personas que manejan la institución a gusto y paladar», pero que deberán rendir cuentas incluso ante la justicia.
La polémica desatada entre el Colegio de Ópticos en manos de Juan Carlos Caraballo y dos empresarios que no pudieron habilitar su local, tiene un nuevo capítulo tras las acusaciones de Juan Carlos Seutín, propietario de Óptica Stylos quien manifestó que la institución «es manejada a gusto y paladar por cinco personas que no están en condiciones de decidir quien trabaja y quien no».
El empresario relató que hace 47 días pidió la habilitación de su local, el segundo en Posadas, pero no recibió siquiera notificación, aun cuando cumplió con todos los requisitos.
«En una actitud patotera entraron a mi local Juan Carlos Caraballo, Marcelo Fernández y Cristina Melo Fajardo de Óptica Nora Panza, y no se querían ir entonces fueron sacados por la policía».
Yo no voy a permitir, siguió, que el capricho de cinco personas me haga cerrar mi óptica y se viene una más en camino. Estas personas tienen que enfrentar juicios y Personería Jurídica procederá a la intervención del Colegio si no se retractan de su decisión, concluyó.