Túnez anunció un nuevo gobierno que incluye a la oposición

Autoridades de Túnez anunciaron un nuevo gobierno con presencia opositora para intentar aplacar una revuelta social que hizo huir al presidente, pero en medio de nuevas protestas que parecen empezar a inspirar descontento en países de Africa con alta pobreza y poco lugar para el disenso.

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mUn mes después de que un desempleado se prendiera fuego en Túnez y diera inicio a una rebelión que el viernes derrocó a un mandatario que gobernó 23 años, cuatro hombres intentaron quemarse vivos hoy en Mauritania, Argelia y Egipto, en coincidencia con las primeras manifestaciones opositoras en Libia, Yemen y Jordania.
La crisis en Túnez, que dominó los diarios del mundo árabe en los últimos días, ensombrece una cumbre económica regional que empieza esta semana en Egipto, y el jefe de la Liga Arabe exhortó hoy a funcionarios que preparan el encuentro a extender una mano a sus hermanos necesitados y a promover una mayor apertura democrática.
Estaba previsto que la cumbre girara en torno a la promoción del comercio, la empresa y la inversión, pero el levantamiento contra el gobierno de Túnez, al que la oposición denunciaba por represivo y corrupto, estará ahora al tope de la agenda de la conferencia que arranca el miércoles, dijeron hoy funcionarios.
«Los países menos desarrollados necesitan ayudar a construir sus economías y a promover el desarrollo», dijo el secretario general de la Liga Arabe, Amro Mussa, luego de haber predicho el sábado que la crisis en Túnez y el derrocamiento y huida del presidente Zine El Abidine Ben Ali tendrá efecto sobre todo el mundo árabe.
«La democracia y el desarrollo deberían ir de la mano. De otro modo, no habrá progreso en la región. No es suficiente hablar sólo de economía», agregó, citado por la cadena de noticias CNN.
En Túnez, el primer ministro anunció hoy un nuevo gobierno «de unidad» que incluye a la oposición por primera vez en 23 años, así como la liberación de todos los presos políticos y una serie de medidas para flexibilizar un sistema político que durante décadas estuvo bajo el virtual dominio de un partido único, el de Ben Ali.

Tras un mes de protestas con decenas de muertos, Mohammed Ghannouchi, premier desde 1999, dijo que él y otros hombres de confianza de Ben Ali retendrán sus puestos en el gabinete, pero agregó que cuatro opositores tendrán cargos en el gobierno, entre ellos uno en el gabinete, algo sin precedentes en la era Ben Ali.
Hasta que se celebren nuevas elecciones presidenciales, en un plazo máximo de 60 días, el país tendrá como presidente interino al hasta ahora presidente de la Cámara baja del Parlamento, Fuad Mebazaa, otro veterano del partido RCD del huido mandatario.
Antes del anuncio, numerosos opositores a Ben Ali habían tomado las calles para exigir que el nuevo gobierno excluyera a cualquier remanente de la agrupación del ex mandatario, que durante sus 23 años en el poder encarceló a cientos de disidentes y mandó a otros cientos al exilio, además de controlar la prensa e Internet.
Horas antes de la presentación del Ejecutivo, fuerzas de seguridad dispararon gases contra manifestantes opositores en el centro de Túnez. En una marcha posterior, un grupo de jóvenes se manifestó pacíficamente con carteles que decían «VAYANSE» bajo la mirada vigilante de cientos de policías.
«El RCD se fue por la puerta de atrás y vuelve por la ventana», se quejó el líder sindical Habib Jerjir, de la comisión ejecutiva de la Unión Regional de Trabajadores de Túnez.
Decenas de personas murieron en las protestas en Túnez, que comenzaron con un reclamo por el alto desempleo y escalaron a la exigencia de mayores libertades.
La revuelta se agravó la semana pasada con saqueos y choques hasta la huida de Ben Ali, a la que siguieron arrestos de ex funcionarios e incluso un fuerte combate entre enemigos del ex presidente, apoyados por el ejército, y leales al ex mandatario.
Las protestas comenzaron el 17 de diciembre cuando un joven de 26 años con estudios pero desempleado se prendió fuego luego de que la policía confiscara las verduras que vendía en la calle.
Al parecer inspirados por este joven, cuatro hombres intentaron quemarse vivos hoy en Mauritania, Egipto y Argelia en sendas protestas contra medidas del gobierno, informaron autoridades.
El egipcio, de 48 años, se prendió fuego frente al Parlamento en El Cairo, mientras que el mauritano, un desempleado de 42, se roció con nafta y se quemó dentro de un auto en el que se había encerrado frente al Palacio Presidencial, informaron funcionarios.
En Argelia, un hombre se prendió fuego en la localdiad de Ghardaia en protesta por los costos de una enfermedad que padece, mientras que Mascara un grupo de gente detuvo a tiempo a un pescador que se echó nafta encima y trató de incendiarse, informaron autoridades locales.

Otro argelino se prendió fuego el sábado en una localidad cercana a la frontera con Túnez y murió en un hospital, informó ese mismo día un diario local, según el cual esa era la cuarta tentativa de suicido por fuego en el país desde el miércoles pasado.
Analistas dicen que la caída de Ben Ali, de 74 años, debería sirvir de advertencia a otros gobiernos del mundo árabe aliados de Estados Unidos en la lucha al extremismo islámico con mandatario con mucho tiempo en el cargo, como Egipto, cuyo presidente, Hosni Mubarak, está en el poder desde hace 30 casi 30 años.
Egipto mostró impresionantes índices de crecimiento económico en los últimos años, pero la mitad de su población vive por debajo de la línea de la pobreza, fijada por la ONU en 2 dólares por día, o apenas por encima de ella.
En los últimos días hubo además tibias protestas en Libia, Yemen, Jordania y a la Franja de Gaza.
El domingo, Siria y Jordania anunciaron un aumento de subsidios para energía, combustibles y alimentos luego de una serie de protestas.