Senasa fortalecerá controles por aftosa en la frontera norte ante la suspensión de vacunas en Brasil y Bolivia

En la última reunión de la Comisión Sudamericana para la Lucha Contra la Fiebre Aftosa (COSALFA), quedó claro Brasil y Bolivia han decidido desarrollar su propia estrategia rente a la fiebre aftosa, definiendo una flexibilización de la vacunación de sus rodeos y hasta definiendo zonas libres. Por eso la Argentina, mediante una resolución del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), decidió “fortalecer” los controles sanitarios en las fronteras del norte, incluyendo a Misiones. Mediante la Resolución 767/2020, publicada en el Boletín Oficial y con vigencia desde este 16 de octubre, se detallan las acciones específicas, el ámbito de aplicación, y el plazo previsto para su implementación.

“Se fortalecen las acciones de prevención y vigilancia con relación a la Fiebre Aftosa en los departamentos de la frontera norte de la República Argentina, de conformidad con lo establecido en la presente resolución”, dice el artículo 1. “La presente resolución es de aplicación obligatoria en los departamentos que conforman la frontera norte, ubicados en las Provincias de Jujuy, Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones y Salta”, añade el artículo 2.

La decisión del Senasa, firmada por su presidente, Carlos Paz, se conoce luego de que en la última reunión de la COSALFA, realizada en agosto pasado, surgió “el cambio de cronograma en relación al levantamiento de la vacunación contra la enfermedad en Brasil, incluyendo a Río Grande do Sul, así como la decisión de Bolivia de dejar de vacunar al 50% de la hacienda de su país”.

Según la mirada del Senasa, estos cambios de estrategia en los países vecinos “generan posibles riesgos que implican fortalecer, las acciones de prevención y vigilancia en los departamentos fronterizos ubicados al norte de nuestro país y también las estructuras de apoyo y control por parte del Senasa”.

La resolución dispone que este “fortalecimiento de las acciones de prevención contra la fiebre Aatosa en las fronteras” durará por lo menos hasta el 31 de diciembre de 2022.

La vacunación “se llevará adelante de manera coordinada entre el Senasa y los sectores productivos involucrados, considerando las características epidemiológicas, geográficas y climáticas, y la caracterización de la producción ganadera de determinados planes. Asimismo, se evaluará e identificará la existencia de limitantes para fortalecer al máximo la cobertura vacunal”.

El Senasa además promete evaluar la acción de los entes sanitarios ubicados en aquellas zonas calientes, para asegurarse que estén llevando a cabo de modo correcto su misión. La semana que viene, CRA organiza el 9° Congreso Nacional de Fundaciones y Entes sanitarios, donde seguramente será abordado este tema.

Respecto del dinero necesario para fortalecer los controles, la resolución define que “el Senasa, con la colaboración de los gobiernos provinciales, analizará la información y propondrá los estratos de agricultura familiar y pequeños productores, así como las estrategias de vacunación que presenten limitantes de financiación y que sea necesario fortalecer para asegurar el nivel óptimo de vacunación”. Esto deja abierta la posibilidad de que el Estado se haga cargo de algunos costos de la vacuna, especialmente entre los pequeños productores de las zonas fronterizas.

Además, “se implementarán acciones de vigilancia epidemiológica adecuadas para el territorio abarcado, a efectos de demostrar el grado de inmunidad de los animales vacunados y la ausencia de transmisión viral, así como también para incentivar y mejorar la notificación de enfermedades confundibles con relación a la Fiebre Aftosa”, indicó la Resolución.

También se propiciará la creación de un Registro de productores. “Se realizarán acciones en terreno a los efectos de evaluar en forma periódica la existencia de animales y sus titulares no registrados en los sistemas de gestión sanitaria, determinando su localización y cantidad y eliminando aquellos registros que ya no se encuentren activos”, se avisó.

Esta ofensiva se da cuando la Argentina, el lunes pasado, inició la segunda campaña de vacunación contra la fiebre aftosa de 2020. El operativo se inició en la categoría “menores” en algunos sitios, como en Santiago del Estero, Tucumán y Mendoza.

Desde hace rato que estaba planteada la polémica, que ahora estalló: Brasil está decidido a avanzar (y de hecho lo está haciendo) hacia zonas libres de fiebre aftosa “sin vacunación”. Pero la Argentina se resiste a esa idea, porque ya se quemó con leche en la crisis de 2001, cuando dejó de vacunar su rodeo y le aparecieron brotes por todos lados.

Estaba planteada desde hace rato esta diferente visión entre países que no coinciden en la estrategia sanitaria frente a la fiebre aftosa, a pesar de que después se llenan la boca proclamando que este lucha sanitaria debe ser de carácter regional para ofrecer buenos resultados.

Finalmente, la polémica estalló a fines de abril
Para esa ápoca el Senasa emitió una declaración en la que expresaba que “generó sorpresa en el organismo sanitario la decisión de Brasil de dejar de inocular a su rodeo, sobre todo la anticipación en Rio Grande do Sul; por los riesgos e implicancias que tendría al ser un estado fronterizo a la Argentina”.

El Ministerio de Agricultura de Brasil (Mapa) había publicado en el boletín oficial de ese país la Instrucción Normativa 36, que prohibió la comercialización y el uso de la vacuna contra la aftosa en el estado de Río Grande do Sul, fronterizo con las provincias argentinas de Misiones y Corrientes, donde hay un stock de al menos 5 millones de cabezas bovinas.

“Esta nueva área se junta con el estado de Paraná (también fronterizo con Argentina) en un proyecto de ampliación de las zonas libres de fiere aftosa sin vacunación. La decisión cuenta con apoyo y participación de los sectores  público y privado de los estados involucrados”, destacó el Mapa.

En este contexto, la respuesta del Senasa argentino ante la existencia en la frontera de una doble vara frente a la zoonosis fue “ratificar” el plan de vacunación contra la fiebre aftosa, al que consideró como una “acción indispensable para sostener el estatus sanitario del país”. La Argentina, desde el 2001, ostenta el rango de “país libre con vacunación”, a excepción de la región patagónica, donde no se vacuna.