Entre tantas actividades laborales golpeadas por la pandemia del coronavirus está una que en realidad venía siendo castigada desde mucho antes: los prestadores de discapacidad. Son víctimas de un sistema impiadoso, el de las obras sociales, Aún no les saldaron las deudas, a pesar de que se emitió una resolución que establece los pagos para los meses de marzo y abril. Pero hay más incertidumbre, pues no existe certeza de continuidad. Si así están estos profesionales… ¿qué les queda a los pacientes?
Lógicamente, temen no poder dar continuidad a sus servicios, y la preocupación es mayor en plena cuarentena, cuando las necesidades de contención son mayores.
La Agencia Nacional de Discapacidad garantiza el pago de las labores llevadas a cabo en los meses de marzo y abril en función de lo redactado en la resolución 85/2020, pero muchas obras sociales todavía no pagaron estos meses e incluso tienen deudas que datan del año pasado, e incluso desde años anteriores.
“Estamos en un momento extremadamente crítico, hay prestadores que la están pasando muy mal, algunos centros tuvieron que cerrar porque no tienen plata para pagar a sus profesionales y otros estamos en riesgo. Nosotros solamente solicitamos que se respecte la Ley 24.901”, dijo a medios de Corrientes, Marcela Kriskovich, presidenta de la Asociación de Prestadores de Discapacidad Unidos (cuya personería jurídica está en trámite), que abarca a los 2.000 trabajadores de todo el país.
La Ley 24.091instituye “un sistema de prestaciones básicas de atención integral a favor de las personas con discapacidad, contemplando acciones de prevención, asistencia, promoción y protección, con el objeto de brindarles una cobertura integral a sus necesidades y requerimientos.”
“Las obras sociales tendrán a su cargo con carácter obligatorio, la cobertura total de las prestaciones básicas enunciadas en la presente ley, que necesiten las personas con discapacidad afiliadas a las mismas.”
También se señala que “El Estado, a través de sus organismos, prestará a las personas con discapacidad no incluidas dentro del sistema de las obras sociales, en la medida que aquellas o las personas de quienes dependan no puedan afrontarlas, los siguientes servicios. Las personas con discapacidad que carecieren de cobertura de obra social tendrán derecho al acceso a la totalidad de las prestaciones básicas comprendidas en la presente norma, a través de los organismos dependientes del Estado.”
“Los entes obligados por la presente ley brindarán las prestaciones básicas a sus afiliados con discapacidad mediante servicios propios o contratados, los que se evaluarán previamente de acuerdo a los criterios definidos y preestablecidos en la reglamentación pertinente.”
La ley 24091 establece con claridad, además, de qué modo se financiarán las prestaciones previstas, según los distintos beneficiarios: a) Personas beneficiarias del Sistema Nacional del Seguro de Salud; b) Jubilados y pensionados del Régimen Nacional de Previsión y del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones; c) Personas comprendidas en el artículo 49 de la ley 24.241 (Tratamiento de Rehabilitación Psicofísica y Recapacitación Laboral); d) Personas beneficiarias de las prestaciones en especie previstas en el artículo 20 de la ley 24; e) Personas beneficiarias de pensiones no contributivas y/o graciables por invalidez, excombatientes ley 24.310 y demás personas con discapacidad no comprendidas que no tuvieren cobertura de obra social, en la medida en que las mismas o las personas de quienes dependan no puedan afrontarlas, con los fondos que anualmente determine el presupuesto general de la Nación para tal fin”.
Tan concreta es la ley que los profesionales afirman que el sistema de las obras sociales está comprometido a brindar cobertura.
Sucede también que desde que comenzó el período de aislamiento preventivo, la asistencia se mantuvo con diferentes herramientas tecnológicas y en algunos casos se intensificaron para dar un sostén a las crisis y la incertidumbre que se generan en estos días de encierro.
En este escenario, en Corrientes se conformó la primera red de profesionales que se unió para solicitar soluciones y, debido a que se trata de una problemática común a otras provincias y en menos de un mes se sumaron más de dos mil trabajadores de todo el país.
Es así que se conformó la primera Asociación de Prestadores de Discapacidad Unidos que ahora se encuentra tramitando la personería jurídica y solicitan soluciones.
Marcela Kriskovich puntualizó que “en medio de la cuarentena se cortó la cadena de pagos y no tenemos respuestas de las obras sociales. Además, algunas mencionan que van a reconocer sólo ciertas sesiones, pero las familias nos escriben porque algunos chicos necesitan acompañamiento terapéutico permanente. Los meses siguientes no sabemos cómo vamos a hacer. Nosotros comprendemos la emergencia sanitaria pero esta problemática no es nueva”.
Como la última resolución sólo contempla los meses de marzo y abril, necesitan definir a futuro.
Las prestaciones continuaron en plena cuarentena, por lo que se adeudan meses ya trabajados y que incluye también a transportistas.
“Estamos trabajando, adaptándonos a las circunstancias actuales, y redoblando el esfuerzo para transmitir tranquilidad y seguridad a nuestros pacientes y sus familias desde nuestros domicilios. Somos todos monotributistas y algunos somos responsables inscriptos, todos sostén de familia”, explicó Kriskovich.
Convocan a sumarse al reclamo, a través de su cuenta de Facebook (Prestadores de Discapacidad Unidos).
“Seguimos luchando, porque es lo que enseñamos a las familias, los instamos a salir adelante a pesar de la adversidad. Los chicos también nos enseñan que las alas tienen que estar desplegadas. Hoy estamos todos de pie por ellos, porque nos enseñan día a día a insistir”, sintetizó la dirigente.
En estos tiempos de confinamiento preventivo, las familias de personas con trastornos o diferentes discapacidades tuvieron que reforzar la conexión con los profesionales en la materia o terapeutas por dos cuestiones centrales: para mantener una vida activa dentro del hogar y para aprender a superar las crisis que se pueden generar por el encierro.
Pero claro, como se ve, el panorama es, por ahora, sombrío para los trabajadores y sus pacientes.