Una creciente presión comenzó a acumularse sobre Dominique Strauss-Kahn para renunciar a su cargo de director del Fondo Monetario Internacional (FMI) luego de haber sido acusado de intento de violación de una mucama en un hotel de Nueva York. Strauss-Kahn pasó la noche en la prisión de Rikers Island, una penitenciaria de 160 hectáreas adonde fue trasladado luego de que una jueza ordenara ayer su prisión preventiva tras una advertencia de fiscales de que el poderoso banquero podría huir a su Francia natal y ponerse fuera del alcance de la ley estadounidense.
El arresto de Strauss-Kahn, ocurrido el fin de semana, conmocionó al mundo financiero justo cuando el FMI maneja y enfrenta la crisis de deuda de países de Europa.
La detención sacudió también la escena política en Francia, ya que Strauss-Kahn, miembro del Partido Socialista (PS), era mencionado como el más fuerte de los potenciales contrincantes del presidente Nicolas Sarkozy en los comicios generales del año próximo.
La ministra de Finanzas de Austria insinuó hoy que el banquero francés debería renunciar para evitar perjudicar al FMI, una institución que fue fundada con el objetivo de dar créditos a países en problemas y para mantener la estabilidad financiera global pero cuya imagen mundial se resintió en los últimos años.
«Considerando la situación -la justicia le negó la fianza-, debe darse cuenta por sí mismo de que está dañando a la institución», dijo la austríaca Maria Fekter al llegar a una reunión de ministros de Finanzas europeos en Bruselas.
Su colega española, Elena Salgado, dijo que el político francés, de 62 años, enfrenta «acusaciones muy serias», pero que su renuncia «es una decisión que sólo puede tomar el señor Strauss-Kahn».
No obstante, Salgado subrayó que sus pensamientos están con la víctima y no con el acusado.
«La solidaridad, la mía en particular, en primer lugar está con la mujer que ha sufrido una agresión si efectivamente ha sido así», agregó la ministra española.
En Francia, partidarios de Strauss-Kahn, un ex ministro de Finanzas que antes de su arresto lideraba encuestas de intención de voto para los comicios de 2012, dijeron sospechar de un complot contra el acusado.
Algunos políticos europeos expresaron su compasión.
«No me gustaron las imágenes que vi en televisión», dijo anoche el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, sobre fotos de Strauss-Kahn esposado y siendo escoltado por la policía de Nueva York tras su comparecencia ante un tribunal.
Mostrar a un sospechoso con esposas es ilegal en Francia desde 2000, cuando se aprobó una ley destinada a preservar la presunción de inocencia de los acusados.
Strauss-Kahn fue detenido el sábado en el Aeropuerto Kennedy luego de que una mucama del hotel Sofitel lo acusara de haberla forzado a hacerle sexo oral e intentado violarla antes de poder escapar de su habitación y denunciar lo sucedido a sus superiores.
El banquero entrecano hizo ayer su primera aparición ante la Justicia en Nueva York, pero no dijo ni una palabra. Su abogado prefesó su inocencia e intentó, en vano, conseguir su liberación bajo fianza.
Su defensa ofreció pagar una fianza de un millón de dólares y que Strauss-Kahn permaneciera en la casa de su hija en Nueva York hasta la próxima audiencia, el viernes.
Sin embargo, la jueza Melissa Jackson rechazó la solicitud y le dictó prisión preventiva.
Los cargos de abuso sexual que enfrenta Strauss-Kahn contemplan una pena máxima de 25 años de prisión y su detención destapó un nuevo caso de inconducta sexual protagonizado por el director del FMI.
Un abogado de la escritora francesa Tristane Banon, de 31 años, dijo ayer que su clienta planea denunciar al banquero francés por haber intentado violarla en 2002 durante una entrevista que le realizó para un libro que estaba escribiendo.