Jacob Zuma es un zulú polígamo. Descubrió que una de sus mujeres lo había engañado con un guardaespaldas y le prohibió la entrada hasta en su pueblo natal. Él reconoció en el pasado haber sido infiel a sus mujeres. Fue el peor regalo de Navidad. Pero se supo el viernes. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, descubrió hace seis meses que una de sus tres esposas le era infiel y la echó de su casa. Se trata de Nompumelelo Ntuli, su segunda esposa, con la que se casó en 2007. La mujer no sólo tiene prohibida la entrada a la casa del presidente, sino a su pueblo, en la provincia de Kuazulu Natal, al que no puede entrar por haber ofendido el apellido familiar al mantener un affaire con uno de los guardaespaldas dedicado a protegerla.
El hombre con que le fue infiel al mandatario, Phinda Thomo, falleció y la misma Ntuli estuvo presente en su funeral en el populoso barrio de Soweto, en el sudoeste de Johannesburgo.
Sin embargo, Ntuli acompaña en la actualidad en un viaje oficial a la India a Zuma, del que regresarán este sábado. Mientras que Zuma no ha reaccionado a las informaciones de la prensa, el vocero de la Presidencia, Vincent Magwenya, dijo que no está autorizado a comentar asuntos particulares y familiares del presidente.
La familia de Zuma, por medio de su sobrino, Khula Zuma, acusó a los enemigos políticos de su tío y a los medios de comunicación de violar la intimidad del presidente, de Ntuli y de toda la familia.
Zuma, que tiene 20 hijos reconocidos, casado cinco veces, con tres esposas en la actualidad y una novia con la que ha anunciado que piensa casarse en breve -sus compromisos lo obligaron a posponer la boda-, ha defendido la poligamia como una costumbre y tradición de los jefes del pueblo zulú, al que pertenece, y afirma que defiende la igualdad de derechos de los sexos.
El 4 de enero pasado se casó con su tercera esposa, Thobeka Mabhija, de 36 años, 31 menos que él. Para eso, sus dos primeras mujeres, Sizakele Khumalo y la misma Ntuli tuvieron que dar su consentimiento.
Además, Zuma estuvo casado con otras dos mujeres: Nkosazana Dlamini, actual Ministra del Interior de la que se divorció en 1998 y Kate Mantsho, que se suicidó en el año 2000, dejando una nota en la que describió a su matrimonio como «24 años en el infierno».
Las relaciones sexuales fuera del matrimonio de Zuma, que incluso fue juzgado por violación pero fue absuelto en 2006, reveladas y admitidas en diversas ocasiones, han ocasionado críticas públicas debido al mal ejemplo que suponen en un país donde la incidencia del sida alcanza a un 19 por ciento de la población adulta.
Mientras el gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) que encabeza Zuma defendía sus relaciones sexuales como asuntos privados, organizaciones sociales, sindicales y políticas, algunas de ellas aliadas del partido en el poder, las criticaron duramente y recientemente obligaron al presidente a pedir perdón al país.
Estos grupos señalaron que, en Sudáfrica, país con más casos de VIH/sida reconocidos en el mundo, con cerca de seis millones de infectados, una figura pública y en especial el presidente no podía dar el ejemplo de mantener relaciones sexuales sin tomar medidas preventivas, como Zuma ha reconocido en diversas ocasiones, incluso con una mujer seropositiva.