Se trata de una medida restrictiva interpuesta por la esposa del magistrado penal. La presentación se efectuó en el Fuero de Familia y no en la instancia penal y tiene el objetivo de preservar al grupo familiar de actos desmesurados del juez. Recibe la denuncia la Policía de la Mujer que evitó recurrir al mismo fuero de pertenencia del magistrado y canaliza directamente, y para mayor celeridad, como una exposición de «sucesivos hechos lesivos» para la convivencia familiar.
Formalmente no hay denuncia penal contra Verón, quien debería ser citado por la jueza de familia Marta Alegre, no pudiendo interponer fueros.
La propia esposa del magistrado radicó la última denuncia, casi como un pedido de auxilio, en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional 1 Posadas, y se abrió rápidamente un proceso judicial en uno de los Tribunales de Familia del Edificio de Tribunales de la avenida Santa Catalina casi Centenario.
Trascendió que la mujer habría denunciado varios episodios sumamente violentos en su contra, con el alcohol como protagonista. No sería ésta la única vez que toma impulso para radicar la denuncia contra su marido juez y padre de sus hijos. Pero el temor y las influencias y el poder de su presunto castigador, siempre la detenían. En esta oportunidad, el hartazgo, la impotencia y la necesidad de proteger a sus hijos serían los que la impulsaron a finalmente dirigirse a la Comisaría de la Mujer y contar lo que le pasa. Habría comentado también que quiere evitar que sus hijos sigan padeciendo esta situación, ya que no serían ajenos a lo que pasa en el seno familiar, y los estaría afectando psicológicamente.
En la comisaría fue como recibir una braza caliente: nadie quería hacerse cargo de tremenda acusación, todos se cuidan de hablar, ya que las órdenes habrían sido dejar todo debajo de la alfombra y dejar pasar un tiempo prudencial.
Ahora que su nombre trasciende en los juzgados y entre los abogados, algunos se animan a dar algunos detalles de la supuesta vida turbulenta del magistrado, quien asumió hace un par de años cuando se abrieron más despachos de Instrucción en la capital misionera. Vecinos de la zona de Itaembé Miní, donde reside la familia, han sido testigos de las golpizas, y hasta afirman que conducía en estado de ebriedad.
La denuncia está ahora en la Sala 2 del Juzgado de Familia. Fuentes tribunalicias aseguraron que los miembros del Superior Tribunal de Justicia se reunirían en las próximas horas para decidir los pasos a seguir. Se sabe que ante un caso de esta naturaleza política, los ministros de la Corte suelen tomar medidas administrativas, como la separación temporaria en el cargo del juez sospechados y denunciado, pero con el goce del cobro de sus haberes.
Suele tomarse este tipo de medida hasta que se encuentre una sentencia en la causa iniciada, o bien se conozcan las conclusiones de una investigación sumarísima. También, en caso de comprobarse la violencia doméstica, el Juez Penal podría recibir una denuncia ante el Jurado de Enjuiciamiento, por causas como la falta de decoro y delicadeza, que lo llevarían a enfrentar un proceso de destitución.