El historiador Felipe Pigna presentó en Posadas su última obra «Evita, jirones de su vida», en la que, efectivamente, se ocupa de la vida pública de la mujer con mayor influencia de la historia argentina, pero de la que poco se conoce, en realidad, en el marco de los ocultamientos de la «historia mitrista». La suya fue una conferencia enmarcada en las Charlas del Bicentenario, que presentó el ministro Jefe de Gabinete, Ricardo Escobar, quien en la oportunidad, además, rindió homenaje, solicitando un aplauso a la audiencia, para el recientemente fallecido subsecretario de Prensa Jorge Varela.
Después, y ya en la disertación sobre Eva Perón, Pigna se detiene en echar luz sobre hechos históricos que fueron distorsionados: «cuando se interviene la Sociedad de Beneficencia en cuyo directorio figuraban damas de doble apellido, se encontraron numerosos hechos de corrupción, como billetes de la lotería vencidos, sueldos falsamente aumentados, quintuplicados, de enfermeros. Fue una entidad fundada por Bernardino Rivadavia que poco hizo en sus 120 años de existencia», observó. Para añadir que «sin embargo, la historia mitrista se ocupó de ocultar estos hechos y por el contrario se sembraron sospechas -después se demostrarían infundadas- sobre la Fundación Eva Perón».
Y respecto de esta Fundación da cuenta que «nada menos que la Comisión Investigadora de la Revolución Libertadora que derrocó a Perón diría que no encontró nada irregular. Su último informe fue que los niños que la Fundación atendía tenían exceso de alimentación porque comían carne todos los días».
Y hace notar que lejos de los episodios que le asignan las películas de Hollywood como comienzos de su rebeldía -hechos que son falsos-, la militancia comienza en «la solidaridad por el terremoto de San Juan. Cuando siendo actriz convoca a figuras del espectáculo para llevar asistencia y es allí donde conoce a Juan Domingo Perón».
Pigna se detiene más adelante en el viaje «iniciático» de Eva a Europa adonde lleva su preocupación por los pobres y los trabajadores y el fastidio de la esposa de Francisco Franco porque sólo quería visitar los barrios pobres.
Da cuenta después del crecimiento de la Fundación pensada como la que habría de atender los múltiples bolsones de pobreza que había en el país «mientras avanzaba el modelo económico de producción, consumo, producción, de corte keynesiano. Porque sabía que era un proceso que llevaba tiempo y había urgencias de la pobreza que debían ser atendidas».
Finalmente habló de su enfermedad, «de la falsedad de la lobotomía que se pretendió como último operativo mediático. Su peso corporal era tan bajo que la morfina era suficiente para soportar los dolores». Refirió también la caída del peronismo, y la odisea de su cadáver secuestrado, desaparecido, temido. Y su sepultura final, en la bóveda de la familia Duarte, de la Recoleta, protegido por tres placas de acero.
Eva Perón es, sin duda, uno de los mayores íconos contemporáneos y un personaje fundamental de la historia argentina.
Evita. Jirones de su vida, la primera biografía de Felipe Pigna, la presenta en toda su complejidad, desde su infancia hasta su transformación en una de las personalidades de mayor trascendencia política, incluso después de su muerte, cuando se la convirtió en objeto del rencor de sus enemigos y en bandera de sus seguidores.
Con abundante documentación y testimonios, Felipe Pigna recorre la vida de «la mujer más amada y más odiada de la Argentina», las verdades, leyendas, mitos, amores y odios que se tejieron alrededor de su controvertida figura en las múltiples facetas públicas y privadas.
La dimensión del mito que se inició con su temprana y trágica muerte sólo puede compararse, por su alcance mundial, a la del Che Guevara. Las polémicas que aún despierta, a sesenta años de su fallecimiento, son una muestra más de la profunda huella que dejó quien había pedido que se la recordara como a esa mujer a la que el pueblo llamaba cariñosamente Evita.
