La peor inundación de la historia de Brasil dejó hasta ahora 400 muertos

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, prometió «acciones de gobierno firmes» en la región serrana de Rio de Janeiro, donde más de 400 personas murieron a causa de las intensas lluvias que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierras. El municipio de Nova Friburgo, de 182.000 habitantes y ubicado a 130 kilómetros de Rio de Janeiro, fue el más afectado por la catástrofe, la mayor inundación de la historia de Brasil. Allí se registraron al menos 169 víctimas mortales.

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Los barrios de la periferia de Nova Friburgo y los hoteles elegantes de su región central fueron devastados por los aludes de barro que descendieron de las montañas de la Serra do Mar, que recorren el interior de Rio de Janeiro.

Al menos tres bomberos murieron en un predio de Nova Friburgo que fue visitado por la Presidenta, quien arribó en compañía del gobernador, Sergio Cabral, informó la Agencia Brasil.

«El sufrimiento es muy grande», dijo la mandataria al llegar a Nova Friburgo, en su primer viaje luego de haber tomado posesión del cargo el 1 de enero.

Rousseff, quien estuvo en la zona con el ministro de Defensa, Nelson Jobim, dispuso la liberación de unos 350 millones de dólares para dar asistencia a los sobrevivientes, el envío de unos 200 miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad y de toneladas de medicamentos que serán distribuidos en hospitales de campaña como el que será instalado en Teresópolis, otra de las cuatro municipalidades afectadas junto con Petrópolis y Sumidouro.

«Ya sabemos que hay muchos niños muertos, ellos son los más vulnerables en estos casos», declaró hoy el alcalde de Teresópolis, Jorge Mario Sedlacek.

Las lluvias continuarán hasta el martes en la región, informó hoy el departamento de meteorología del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales, citado por la agencia de noticias Ansa.

«La previsión pluviométrica para los próximos días no es tranquilizadora. Hago un llamamiento a la gente para que acepte la molestia de abandonar su casa por unos días, porque hay áreas que todavía están en riesgo de derrumbes e inundaciones», pidió Cabral.

En razón de la destrucción o anegamiento de las carreteras, los equipos de rescate no lograron llegar a todas las poblaciones afectadas por las lluvias, ubicadas en las colinas del interior de Rio de Janeiro.

Por otra parte, el gobierno anunció el envío de nueve helicópteros y otros dos iban a ser aportados por la Marina, para reforzar el trabajo de la Defensa Civil y los bomberos de las cuatro ciudades afectadas.

«Tenemos gran dificultad para llegar a los barrios, hay por lo menos cuatro barrios completamente destruidos, no quedan casas en pie», afirmó el intendente de Teresópolis, localidad ubicada a 68 kilómetros de la ciudad de Rio de Janeiro.

El intendente dijo, además, que el Ejército cedió un «camión frigorífico para almacenar los cadáveres» al tiempo que solicitó que las víctimas sean enterradas sin ser veladas pues no hay capillas suficientes en la ciudad, donde varios cementerios están inundados.

Los números de la peor catástrofe vivida por la región serrana de Río tienden a seguir en aumento, ya que los socorristas todavía no lograron acceder a algunas zonas, como el barrio de Campo Grande, en Teresópolis, donde se estima que 2.000 viviendas fueron destruidas por la tormenta.

«No pude reconocer mi barrio, vamos a precisar varios años» para reconstruir las casas, dijo Fátima da Silva, de 40 años, vecina del barrio Caleme, en Teresópolis.