La indexación del tipo de cambio por inflación
El cambio central es que, a partir del 1 de enero de 2026, el piso y el techo de la banda cambiaria evolucionarán al ritmo del último dato de inflación mensual.
Mayor Predictibilidad, Menor Ancla: Al indexar el dólar a la inflación, el BCRA busca dar una señal de que el tipo de cambio no quedará rezagado frente al aumento general de precios. Esto reduce la incertidumbre cambiaria. Sin embargo, para el ciudadano común, la desventaja es que se pierde el posible «ancla» antiinflacionaria que puede generar un dólar quieto, lo que podría presionar al alza a los bienes que utilizan insumos importados.
Impacto en Precios: Si la inflación se mantiene alta, la banda de flotación se moverá rápidamente, lo que es probable que las empresas trasladen a precios. Esto implica que la tasa de inflación podría mantenerse «piso» por el ritmo de devaluación mensual programada, afectando directamente el costo de vida y el poder de compra de los salarios.
El plan de acumulación de reservas y la demanda de dinero
El BCRA también anunció un ambicioso esquema de compra de reservas internacionales para fortalecer el stock y facilitar la remonetización de la economía, previendo la adquisición de unos USD 10.000 millones, o hasta USD 17.000 millones si la demanda de dinero (liquidez) sube un 1% adicional del PBI. Para ello, se ajustará la compra diaria de divisas para que represente el 5% del volumen operado en el mercado cambiario.
Efecto en la Liquidez y el Crédito: El Central anticipa un ciclo de expansión de la actividad económica y del crédito. Al emitir pesos para comprar dólares (acumular reservas), está aumentando la oferta monetaria. Esto es la remonetización que busca, y si va acompañada de una mayor demanda de dinero (por más confianza y crecimiento), puede impulsar el crédito y la inversión.
Para el argentino: Un aumento en la disponibilidad de crédito podría facilitar la compra de bienes duraderos (como electrodomésticos o vehículos) o el acceso a hipotecas, siempre que las tasas de interés sean favorables y los ingresos permitan afrontar las cuotas.
Riesgo Inflacionario por Emisión: Si bien el BCRA seguirá con un sesgo contractivo en su política, la emisión de dinero necesaria para comprar las reservas requiere ser esterilizada para no desbordar la inflación. El Central planea utilizar instrumentos como las LECAPs (Letras del Tesoro) y Repos para controlar la cantidad de pesos circulando. Si la esterilización es insuficiente, el exceso de dinero en la economía podría reavivar las presiones inflacionarias, erosionando aún más el poder adquisitivo de los argentinos.
Estabilidad, Inversión y el Balance Final
La autoridad monetaria afirma que estas condiciones son favorables para el crecimiento, la remonetización y la acumulación de reservas, y que se superó «exitosamente el período de incertidumbre electoral» (en referencia a las políticas del presidente ultraderechista Javier Milei).
En resumen, la nueva estrategia del BCRA plantea un escenario de mayor transparencia cambiaria que intenta evitar grandes saltos del dólar, pero que solidifica la expectativa de inflación alta y constante, ya que el dólar acompañará mes a mes el ritmo de los precios. El éxito para el bolsillo del argentino dependerá críticamente de:
La Sostenibilidad del Sesgo Contractivo: Que el BCRA logre controlar la emisión de dinero generada por la compra de reservas para evitar que se desate una hiperinflación.
La Recuperación del Salario Real: Que las negociaciones paritarias logren que los salarios crezcan a un ritmo igual o superior a la suma de la inflación (que será acompañada por el dólar) más la recuperación del PBI.
La Baja de las Tasas de Interés: Que la normalización de la política de encajes y el nuevo sistema de pases y repos efectivamente destrabe la intermediación financiera y el crédito, incentivando la inversión y el consumo.
De lo contrario, la indexación por inflación podría convertirse simplemente en un mecanismo que convalide y perpetúe los altos niveles de subida de precios en el país.

