«Nos sentimos traicionadas», aseguraron las gemelas Kuegler revelaron que en los últimos meses de vida de su pareja, la familia las rechazó de plano ante el ofrecimiento de ellas de cuidar a Juan Carlos. «Cuando Juan estaba bien, jamás tuvimos ningún inconveniente. Éramos súper felices. Íbamos a la chacra de Orlando y la pasábamos bien, muy lindos momentos en familia», aseguró Liliana, la más locuaz de las hermanas.
Desde que tanto la familia López como las gemelas se enteraron que a Juan Carlos le quedaban 8 meses de vida, como consecuencia de su enfermedad neurológica degenerativa, se acrecentaron los roces y choques. «Las relaciones se empezaron a hacer más difíciles y las discusiones más frecuentes. Ya se sentía cierto ambiente áspero», comentó Liliana.
A raíz de estos enfrentamientos, Orlando López, padre del muchacho ya fallecido, decidió contratar un tutor para que se hiciera cargo de los cuidados intensivos que necesita Juan Carlos por su estado de salud crítico. Y lo hizo a través de un requerimiento legal que presentó ante la Justicia. De esta manera, las hermanas Kuegler fueron apartadas de la situación.
«Nosotras queríamos, de manera totalmente desinteresada, hacernos cargo de Juan, lo conocíamos, sentíamos que era nuestro deber. Pero no pudimos contra la terquedad de Orlando, que terminó quedándose con los derechos». afirmó Liliana.
«Nos dejaron solas, nos sentimos traicionadas», se lamentaron por último.
Las gemelas también iniciaron una recorrida por canales de TV nacional. Liliana estuvo en PM de TELEFE, habló sobre la muerte de su pareja y dijo: «agradezco a la gente que nos da mucho cariño y apoyo luego de la muerte de Juan Carlos. Nosotras salimos 5 años con él, con 3 años de convivencia, él empieza con un estado depresivo cuando fallece la mamá, se le internó en la Clínica de Oberá, siempre estuvimos con él, por un año y luego el padre hizo la tutoría por 8 meses hasta que falleció». Además Liliana contó que «en el Hospital de Clínica en Buenos Aires estuvimos 33 días, durmiendo bajo su cama, pero no es verdad que los abandonamos, si dependía de nosotras íbamos a estar hasta lo último. Empezamos a tratarlo por una depresión, luego los médicos dicen que tiene una demencia progresiva».
Marisa Kuegler dijo que el remisero «empezó a perder el conocimiento, a los 3 meses ya no hablaba, iba muy rápido la enfermedad. La gente con la que convivimos en San Vicente sabe que fue una relación de verdad con él. Nuestra vida era natural, para nosotros y nuestra familia, extrañamos cómo nos trataba, era un caballero con todas las letras. No se olvidaba de los cumpleaños, el día que nos conocimos, la fecha del primer beso».
Una de las gemelas también cuando le preguntaban si eran celosas señaló: «quién no es celoso del hombre que ama, él se nos declaró y era lo que esperábamos, dijo que se enamoró de las dos. Yo no considero bigamia, porque estábamos con él por amor, estaba con las dos por consentimiento».
«Nos dolió muchísimo porque la familia no nos avisó que Juan Carlos murió, un remisero amigo de él nos mandó un mensaje preguntando si era verdad que había fallecido» relataron las hermanas.
