Fundador de Wikileaks espera quedar en libertad

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, conocerá este jueves la conclusión del recurso presentado contra la decisión de un juez de otorgarle la libertad bajo fianza mientras se resuelve su eventual extradición a Suecia por presuntos delitos sexuales.

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La vista, independiente del proceso de extradición, se celebrará en la Alta Corte de Londres a las 11H30 (local y GMT), informaron este miércoles fuentes del tribunal.

La abogada británica que actúa en nombre de Suecia, país que reclama a Assange, de 39 años, por las denuncias de agresión sexual presentadas por dos mujeres, recurrió a última hora del martes la decisión del juez que previamente otorgó al australiano la libertad bajo fianza y con condiciones.

Gemma Lindfield alegó que «nada ha cambiado» desde que la libertad le fue denegada la semana pasada, por lo que sigue existiendo «riesgo de fuga».
Assange, cuya web está detrás de la difusión de miles de cables diplomáticos estadounidenses, tuvo que regresar por tanto a su celda de aislamiento del penal londinense donde está detenido desde el 7 de diciembre, sin internet ni teléfono móvil, en condiciones que sus abogados calificaron de «dickensianas».

«¿Debe Julian Assange pudrirse en la cárcel de Wandsworth o permitírsele salir para permanecer bajo arresto domiciliario mientras preparamos su caso?», se preguntó este miércoles uno de ellos, Mark Stephens, en la cadena Sky News, donde denunció las dificultades que tenía para comunicarse con su cliente.
Eso es lo que debe decidir la Alta Corte. Si da la razón a la fiscalía, Assange seguirá en la cárcel. Si rechaza el recurso, recuperará la libertad en cuanto los abogados consigan reunir las 200.000 libras (315.000 dólares, 236.000 euros) en metálico que les exigió el juez de primera instancia, además de dos garantías personales de 20.000 libras cada una.

Según dijo el martes otra de sus abogadas, Jennifer Robinson, el efectivo debía estar disponible el miércoles, aunque Stephens indicó que hasta el momento sólo habían conseguido reunir la mitad de la suma, a la que contribuyeron famosos como los cineastas estadounidense Michael Moore, la millonaria Jemima Khan o el premio Nobel de medicina John Sulston.

En caso de liberación, Assange deberá residir por orden del juez en una mansión de 10 habitaciones con más de 240 hectáreas de terreno que su amigo y presidente del club de periodistas Frontline Club, Vaughan Smith, posee en el campo a unos 200 kilómetros de la capital británica.

Además, deberá llevar un brazalete electrónico, respetar un estricto toque de queda y se le retirará el pasaporte para evitar cualquier riesgo de fuga.
El tribunal del primera instancia de Westminster fijó para el 11 de enero la próxima vista del proceso de extradición, que podría durar meses si, como han prometido sus detractores, agotan todos los recursos legales.

Vaughan Smith, uno de los más fervientes partidarios de Assange, declaró a Sky News que Assange «cree claramente que si va a Suecia, lo enviarán a Estados Unidos».

El fundador de WikiLeaks está en el ojo del huracán desde el inicio de la publicación, el 28 de noviembre, de 250.000 cables del departamento de Estado norteamericano y de sus embajadas en el mundo, que han provocado una indignación creciente en ese país.

Moore, cuyos críticos documentales también han irritado al gobierno de Estados Unidos, tampoco dudó en criticar las acusaciones contra Assange.

«Todo lo que pido es que no sean ingenuos sobre cómo trabaja el gobierno cuando decide ir tras su presa», dijo el cineasta en un comunicado publicado en su página de internet. «Por favor, nunca crean en la ‘historia oficial'».