En un mensaje por TV, Kaddafi se pronunció contra «la guerra psicológica y las mentiras»

Muammar Kaddafi calificó de «guerra psicológica» y «mentiras» las informaciones sobre su posible huida a Níger tras la llegada esta semana de un convoy de sus leales a este país africano al sur de Libia, en un mensaje de audio difundido por la cadena de televisión siria Ar Rai. Mientras tanto, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, pidió a la Interpol que lance una «circular roja» para detener al líder libio por supuestos crímenes contra la humanidad.

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En su declaración, Kaddafi incitó a los libios a que se levanten en armas contra los rebeldes y acusó al Consejo Nacional de Transición (CNT) de ser un frente de los poderes occidentales.

Kaddafi habló en una comunicación que el canal Ar Rai describió como una llamada telefónica desde Libia, aunque desde que los rebeldes libios tomaron hace dos semanas Trípoli se desconoce el paradero del coronel libio que gobernó el país norafricano durante 42 años.

Sus comentarios se produjeron después que las fuerzas insurgentes libias reforzaran el asedio sobre el bastión tribal de Bani Walid, donde algunos sospechan que podrían estar refugiados Kaddafi y dos de sus hijos.

«Decidido pueblo libio, la tierra libia es vuestra. Aquellos que intenten quitárosla son intrusos, mercenarios, perros callejeros. Quieren quitaros vuestra tierra ancestral, pero eso es imposible», declaró.

«Los jóvenes ahora están listos para aumentar la resistencia contra las ratas en Trípoli y acabar con los mercenarios», agregó.

Un convoy del Ejército libio, que entró a la vecina Níger a través del desierto esta semana, desató especulaciones de que Kaddafi podía estar a punto de huir.

En ese sentido, Kaddafi dijo: «Esta no es la primera vez que entran y salen convoyes de Níger».

Mientras, pese a su ingreso a Trípoli, hace dos semanas tras seis meses de enfrentamientos apoyados por la OTAN, los insurrectos todavía no imponen su autoridad en Libia.

El insurrecto que funge como primer ministro, Mahmud Yibril, hizo su primera aparición en Trípoli desde el levantamiento, en otro gesto de asunción de un nuevo gobierno. Pero hay reparos sobre trasladar las operaciones del CNT a la capital, por lo que Bengazi, en el este, sigue siendo «la capital de los rebeldes».

Parte de ese retraso parece provenir de antiguas rivalidades regionales y de la sensación de que Trípoli podría no ser un lugar seguro para cualquier funcionario libio, ya que las brigadas rebeldes contienen milicias potencialmente rivales.

Mientras tanto, el fiscal de la CPI, Raúl Moreno Ocampo, pidió ayuda a Interpol para la detención de Kaddafi, contra el cual la corte internacional ya emitió una orden de detención por crímenes contra la humanidad, asesinato y persecución.

«Detener a Kaddafi es cuestión de tiempo», comentó el fiscal argentino en un comunicado emitido desde la sede de la CPI en La Haya.

Según Moreno Ocampo, la corte ha pedido a Interpol que intervenga en la detención de Kaddafi mediante una «alerta roja», que persigue la detención de una persona -previamente buscada- y captura por la justicia internacional, informó la agencia DPA.

La petición de ayuda a Interpol se extiende también a uno de los hijos de Kaddafi, Saif al-Islam, y al ex jefe de la inteligencia libia, Abdullah al-Senussi.

Está previsto, según fuentes de la Corte, que Moreno Ocampo esté este viernes en Bruselas para informar a la UE sobre el avance de sus investigaciones en el asunto.