«Siempre fui un sacerdote de calle», explicó el Sumo Pontifice y, aseguró, que le «gustaría pasear por las calles de Roma, una ciudad muy bella» para comer «una buena pizza con amigos», en una entrevista con Paris Match.
También sorprendió cuando, consultado por la periodista sobre la vestimenta que prefiere, el Pontífice replicó: «No abandoné totalmente mi sotana negra bajo el manto blanco».
«Me gustaría comer una buena pizza con los amigos, pero sé que no es fácil, prácticamente imposible. Pero no me falta el contacto con la gente. Veo más personas ahora que cuando estaba en Buenos Aires», apuntó.