Duras autocríticas en la UCR tras los resultados electorales

El resultado electoral de la UCR en las elecciones presidenciales generó una serie de autocríticas en el seno partidario y fuertes cuestionamientos a las políticas de alianzas. El presidente del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales, criticó la alianza con Francisco De Narváez y afirmó que la oposición se parecía a «una murga». En declaraciones a radio El Mundo señaló que «tenemos una convención el 18 de noviembre y ahí se va a dar un debate».

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«Los partidos siempre tienen que tener una actitud de renovación pero también hay que tener votos y no hay que perder el vínculo con la sociedad», indicó.

«Las distintas fuerzas de la oposición parecíamos más una murga que una estructura ordenada que genere una alternativa al Gobierno», sostuvo.

Según Morales, «fue un error estratégico la alianza con De Narváez. También hubo errores en la conducción de campaña, una falta de definición del mensaje».

«El radicalismo tiene que pararse sobre el radicalismo y resolver situaciones de distritos claves, No podemos sacar 3% en la Capital y ser una fuerza débil en la Provincia. Hay provincias donde no bajamos del 20%», manifestó.

En esa línea, remarcó que «es la primera vez que no logramos una banca en Rio Negro ni en Catamarca. En Mendoza hicieron cualquier cosa por debilitar a Ricardo (Alfonsín). En 2009 renovamos 28 bancas, el doble que ahora. Necesitamos un piso de 25%, no hay que hamacarse. Hay que dejarse de joder con muchas cosas».

Pese a la derrota electoral, Morales sostuvo que el radicalismo es «una fuerza política potente, la segunda de Argentina. Tenemos 41 diputados y 17 senadores. No es el momento de hacer la orientación hacia el socialismo, es el momento de recuperar el racionalismo y hacer una profunda reforma».

Estas definiciones se suman a las formuladas por el cordobés Oscar Aguad, quien señaló que «el radicalismo, tal como está, no le sirve a la democracia». Por su parte, Federico Storani dijo a radio El Mundo que «lo único que no hay que hacer es bajar los brazos. Hay dos reglas de oro en el sistema democrático de partidos, una es el equilibrio y el control del poder, y la otra es la alternancia del poder. No es buena la hegemonía y un partido con arraigo en todo el país debe recuperarse».

Planteó que la solución se basa en «hacer un debate que produzca cambios pero no sólo de nombres. Todas las reformas son bienvenidas».

Haciendo autocrítica, el dirigente radical manifestó que «un error que se cometió fue la política de alianzas. Yo estuve en contra de hacer una alianza con Francisco De Narváez, con quien nos separa un sistema de ideas y creencias, que generó una confusión en el electorado. El radicalismo no tiene que ver con vertientes conservadoras».

«Debimos haber profundizado la política de acuerdos que estábamos llevando con el socialismo con quienes tenemos una experiencia de gobierno bueno en la provincia de Santa Fe y hay una comunidad de propuestas y valores que se nos acercan», se lamentó.

«Hay que tener cierta homogeneidad dentro del partido político, sino no sos un partido político. No se puede generar una feria de vanidades en el radicalismo», afirmó.

Agregó que «se quiso hacer una suma aritmética que terminó siendo una resta».

En relación a posibles cambios, Storani opinó que «aumentando el cupo de jóvenes no creo que se arregle la situación. Un partido existe si representa a sectores sociales, pero hace tiempo no se sabe a cuáles representa. Hay que hacer que el partido salga más a esa militancia, y se plantee con cierta mística porque se ha burocratizado en el mal sentido de la palabra».