Potencias occidentales acusaron el miércoles a Irán de intentar intimidar al organismo de control nuclear de la ONU al negar el acceso al país de algunos inspectores, y Estados Unidos advirtió sobre posibles consecuencias diplomáticas. La disputa empeoró aún más las tensas relaciones entre Irán y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés) y profundizó la preocupación internacional por el programa nuclear de la república islámica, que según potencias occidentales busca desarrollar bombas atómicas.
El enviado iraní Ali Asghar Soltanieh dijo durante una reunión del directorio de la IAEA que el director general del organismo, Yukiya Amano, se había «equivocado completamente», indicaron diplomáticos.
«Las relaciones entre Irán y la IAEA están en su nivel más bajo», dijo un diplomático occidental que asistió a la sesión a puertas cerradas. «Soltanieh estaba gritando», señaló otro, agregando que Amano respondió calmadamente a las críticas en su contra.
En comentarios que irritaron a Teherán, Amano dijo a principios de esta semana que, al restringir el acceso de experimentados inspectores, Irán estaba obstaculizando el trabajo de la agencia en el país.
Irán, que asegura que con su trabajo sólo pretende generar electricidad, dijo que dos inspectores a los que prohibió el acceso en junio habían dado información falsa sobre sus actividades.
Teherán argumenta que tiene derecho a negar el ingreso de los inspectores en el marco de un acuerdo de no proliferación con el organismo de la ONU y que la agencia tiene un equipo de más de 150 expertos para enviar.
Glyn Davies, embajador estadounidense ante la IAEA, dijo que Irán está haciendo un «esfuerzo claro» para intimidar a los inspectores e influenciarlos. «No tiene precedentes que un Estado rechace a los inspectores porque reportan precisamente (…) lo que ven y escuchan», agregó.
En un comunicado separado, Francia, Alemania y Gran Bretaña expresaron su temor ante lo que llamaron la creciente falta de cooperación iraní con el organismo de la ONU.
Además de los inspectores rechazados en junio, Teherán negó el acceso a un inspector de alto rango para Oriente Medio en el 2006 y objetó otras designaciones en el pasado.
Si Irán sigue rechazando inspectores podría sufrir consecuencias diplomáticas en la IAEA, cuyos gobernadores refirieron la carpeta de Irán al Consejo de Seguridad de la ONU en el 2006 por el ocultamiento de su trabajo nuclear y su falta de cooperación.
Davies se refirió al lenguaje en los acuerdos de la IAEA con estados miembros que regulan las evaluaciones, que dijo «indica que el consejo debía considerar ‘medidas adecuadas’ cuando las inspecciones estén siendo impedidas» por el rechazo de la presencia de los inspectores.
Las relaciones entre Irán y la IAEA se han deteriorado desde que Amano asumió en diciembre. El ha adoptado un enfoque más firme que su antecesor, Mohamed ElBaradei, diciendo en sus informes que Teherán podría estar tratando de desarrollar un misil nuclear.
Irán ha acusado a Amano, un veterano diplomático japonés, de emitir informes engañosos y politizados.
El último informe de Amano a la junta mostró que Irán sigue adelante con su trabajo nuclear pese al endurecimiento de las sanciones impuestas por Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea.
También expresó su creciente frustración sobre lo que la IAEA ve como una falla de Irán en su respuesta a las preocupaciones acerca de las posibles dimensiones militares de sus actividades.