Cristina: «Este modelo apuntó al gran organizador social que es la generación de empleo»

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó el creciente entusiasmo de la juventud en la política como un fenómeno que se viene dando en Argentina y que contrasta con las protestas que se dan en otros países de la región, y del mundo. «Recientemente leí en un diario extranjero sobre el fenómeno de la juventud en la Argentina, por su incorporación en la política, sobre todo cuando en otros países los jóvenes encabezan protestas, muchas veces violentas, como al otro lado de la cordillera», dijo la mandataria, al referirse a un artículo publicado hace dos días por el diario New York Times.

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Cristina formuló estos conceptos al inaugurar la ampliación de una fábrica de Molinos Río de la Plata, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas.

La presidenta dijo que lo valioso de la incorporación de los jóvenes argentinos a la política es que «no la motiva el entusiasmo por un gobierno que recién comienza, que sería natural, sino por uno que lleva ocho años y medio de gestión».

«Cuando te apoyan porque no te conocen y tienen esperanzas es bueno, pero cuando te siguen apoyando después de conocerte tiene mejor sabor, mejor gusto y mejor consecuencia», dijo la mandataria.

Agregó que «Argentina necesita de sus jóvenes para estudiar, para trabajar», y también necesita «paz y concordia» para «poder seguir creciendo y corregir lo que haya que corregir, y mejorar lo que haya que mejorar».

Cristina Fernández de Kirchner encabezó el acto acompañada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; la ministra de Industria, Débora Giorgi; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el presidente de Molinos, Luis Pérez Companc.

En su mensaje ante un nutrido grupo de empresarios, funcionarios y dirigentes, la jefa de Estado reiteró la importancia que su gobierno da a «producir en Argentina y, especialmente, dar valor agregado a los productos primarios».

También reconoció que a futuro el gran desafío de la Argentina es «fabricar en el país las maquinarias» que hoy se importan de otras naciones cuando se tienen la «capacidad y recursos» para hacerlas aquí.

Cristina destacó lo positivo de que en contraposición con lo que ocurría hace algunos años en la Argentina, cuando la gente hacía «largas filas para inscribirse en planes sociales, hoy lo hacen para ingresar a las fábricas que se abren y que se amplían», y recordó que «este fenómeno se repite a lo largo y a lo ancho de todo el país, incluso en lugares donde la gente antes emigraba por falta de oportunidades».

En su discurso, la presidenta señaló que este escenario fue posible gracias al modelo de país por el que desde 2003 vienen trabajando el gobierno de Néstor Kirchner primero, y el suyo luego, y destacó que gracias a estas políticas «Argentina puede hoy mantenerse en pie en momentos en que el mundo es un tembladeral».

Dijo también que Argentina y la región tienen la oportunidad «única e histórica» de convertirse en «líder agroalimentario» y dejó claro que su gobierno no dejará pasar este momento.

«Esta vez la oportunidad la vamos a aprovechar, no vamos a dejar pasar la historia como muchas veces sucedió en la Argentina, y nos llevó al fracaso, porque cuando fracasa un gobierno, cuando fracasa un modelo, fracasa el país», consignó la mandataria.

Por eso, pidió a «empresarios y dirigentes con responsabilidad institucional» que la «ayuden», cada uno desde su lugar, y dijo que «hoy Argentina es un refugio ante las tormentas que se suscitan y van a seguir suscitándose en el mundo».

«Les pido a todos que me ayuden, a los empresarios a generar trabajo, a las empresas grandes y tradicionales que sigan con este afán emprendedor de apostar a la Argentina y su gente, porque hoy Argentina es un refugio ante las tormentas que se suscitan, y van a seguir suscitándose, en el mundo», aseveró.

En ese punto se dirigió a los «dirigentes con responsabilidad institucional» para afirmar que «esto no lo hace una persona sola en la Casa Rosada, sino participando todos en un proyecto de país», y aclaró que eso no significa «no tener diferencias o perder la identidad», sino «poner acento en mejorar la calidad de vida de los argentinos».

La presidenta subrayó que «ése es el gran objetivo que el gobierno tiene desde el 2003», y remarcó que «mientras que antes decir político o banquero era una mala palabra, hoy la gente aplaude a sus empresarios, y los jóvenes se incorporan a la política».

Finalmente, reiteró que su idea de país es aquel que «salve las diferencias entre el sector primario y el industrial», y recordó que estas divergencias «tantas veces hicieron fracasar el crecimiento de la Argentina».

Antes de retirarse del predio fabril, la presidenta recorrió la planta saludando a sus trabajadores y trabajadoras, mientras afuera del establecimiento movimientos sociales, políticos y sindicales que responden al Frente para la Victoria (FpV), le manifestaban su apoyo.