Se aprobó el boleto estudiantil gratuito. Un 8 de octubre que va a quedar en la historia de Misiones. Todo lo que significa (y va a significar) es demasiado y ya se ha dicho suficiente. El condimento, como para hacerlo más espectacular: la fecha. ¿Qué mejor homenaje a Juan Domingo Perón?
Párrafo aparte, felicitaciones para los legisladores creadores del proyecto (Walter Molina, Claudio Wipplinger, Héctor “Cacho” Bárbaro y el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira), todos aquellos que aportaron a las correcciones y quienes han votado a su favor. Y un reconocimiento muy grande a la gestión de un gobierno, que se le puede criticar algunas cosas; si obvio, como a todo. Pero que es innegable el acercamiento que ha tenido hacia los jóvenes: desde el lado de la militancia y desde ciertas normativas (como esta). Es en serio, ver a tantos jóvenes dentro de un edificio público donde se está haciendo política, emociona.
¿Por qué es necesario este reconocimiento? Porque ganas de un boleto estudiantil gratuito teníamos todos. ¿Quién se puede negar? Más allá de la voluntad es necesario una buena administración para cubrir los gastos que implica dicho boleto. O se pensaron que era gratis? 50 millones de pesos al año nomás.
YA ES LEY. Ahora a defender las conquista de la mejor forma, estudiando. Y pensando que casi de 500 mil alumnos se verán afectados por la normativa (sólo en el área metropolitana se emiten 900 mil boletos mensuales) y a mi, en lo personal, me queda acordarme de esos pibes que comenzaron la lucha un día de septiembre de 1976, que quedó en la historia. Hoy Misiones de alguna manera rindió homenaje a la Noche de los lápices.
Federico Miravet (23), estudiante de abogacía, editor en VoxPopuli.