Caso Engel: 35 años de prisión por violar a sus hijas, a su nieta y a su hijastra

Francisco Engel, de 57 años, fue sentenciado a la máxima pena del Código Penal por abusar sexualmente de sus tres hijas, una nieta y una hijastra. El caso se conoció en 2011, cuando se formularon las denuncias, pero los primeros abusos se dieron hace 19 años. Sus hijas tenías entre 8 y 4 años cuando fueron abusadas, y el depravado abusó de su hijastra durante 3 años, desde los 5 años de edad de la víctima.

violaciones

El Monstruo de Cerro Corá (donde vivía) fue descubierto a raíz de la denuncia por estos dos últimos hechos, pero en la investigación también se descubrió las violaciones a sus hijas, que se mantuvieron en silencio por casi dos décadas.

El debate se realizó en el Tribunal Penal Uno de Posadas, integrado por los camaristas Eduardo D’Orsaneo, Martín Errecaborde y Ángel Dejesús Cardozo. La fiscal fue la Dra. Liliana Picazo y cerca de las 8,30 hs. se dio inicio a la rueda de testimonios. En ese momento, una de las hijas del imputado se descompuso y debió recibir asistencia médica, según la versión del matutino El Territorio. Mientras que su hermana declaró que el sujeto era el único adulto a cargo de su hija, la nieta biológica del criminal, que también fue víctima de violación.

La víctima de violación rememoró las agresiones sexuales que sufrieran años atrás, las cuales salieron a la luz a raíz de la denuncia formulada en 2011, cuando el depravado atacó a su nieta y a su hijastra. Según información a la que tuvo acceso M4, la primera agresión tuvo lugar hace unos 19 años, cuando la madre de las tres hermanas, Miriam Ramona Cantero, los abandonó. La hija mayor (de 27 años en la actualidad) relató que Engel comenzó a manosearla cuando tenía 8 años y a los 13, comenzó a violarla con acceso carnal y a obligarla a practicarle sexo oral. Para evitar la denuncia, el sujeto la amenazaba con desquitarse con sus hermanas, al tiempo que la obligaba a hacerse pasar por su pareja. Las agresiones siguieron hasta la edad de 20 años de la víctima, es decir, hasta el 2006, cuando la joven se mudó a Posadas. El depravado agredía sexualmente a su hija, por lo menos, una vez por semana, durante 7 años.

La hermana del medio, de ahora 24 años de edad, relató ante los jueces que su padre comenzó a tocarle sus partes íntimas cuando ella tenía 9 años. Cuando tenía 14 años comenzó a penetrarla y también la obligaba a practicarle sexo oral, casi diariamente. A los 15 años de la chica, habrían cesado las agresiones de Francisco, cuando ella inició una relación sentimental. A los 18 años, la chica realizó la primera denuncia contra su padre.

La tercera hermana fue abusada sin acceso carnal cuando tenía 4 o 5 años de edad, hasta que la víctima cumplió 8.

Más cerca en el tiempo, el criminal comenzó a abusar de su nieta biológica, la hija de la segunda de sus víctimas. La joven dejaba a la niña al cuidado del sujeto y de su concubina. Los abusos quedaron registrados en un diario de la niña y en el relato en Cámara Gesell. Ocurrieron cuando esta y la hija de la pareja del sujeto, se quedaban solas. Engel las manoseaba y les solicitaba felaciones, lo cual consta en fs. 83/84 del expediente, que dan cuenta de defloraciones sin penetración a las dos niñas. La hijastra de Engel tenía 5 años de edad cuando fue abusada, y el calvario duró hasta los 8 años de la víctima. Momento en que la concubina del sujeto radicó la denuncia en 2011.

Las psicólogas que trabajaron con las dos menores (la hijastra y la nieta del imputado) en Cámara Gesell señalaron que del informe se desprende que ambas pequeñas tenían un discurso coherente y no fabulaban. Al finalizar el debate, Engel volvió a pedir la palabra y negó todo. Inclusive, aseguró que fue una historia inventada por su hija mayor, quien bajo artilugios obligó a sus hermanas, hija y hermanastra a contar un hecho del cual él no era responsable. No obstante, el relato del criminal cayó por el peso contundente de todas las pruebas presentadas por la fiscal Picazo.

La Justicia lo imputó por el delito de «abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo con respecto a dos de sus hijas. Abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo con respecto a su nieta. Además, abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de convivencia con respecto a su hijastra y, finalmente, abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo respecto de una de sus hijas». El hombre fue esposado y trasladado a la Unidad Penal VI donde deberá purgar la pena.