Apenas el 48,3% de los argentinos encuestados afirma sentirse feliz con su vida. Esta cifra marca la primera vez que los niveles de bienestar caen por debajo del 50%, reflejando una disminución del 6,2% respecto al último semestre de 2024.
Jóvenes y profesionales, los más afectados
El descenso se observa de manera generalizada, pero con diferencias cruciales por segmento:
Jóvenes en crisis: Los jóvenes de 18 a 29 años presentan los niveles más bajos de felicidad (43,3%), marcando los valores más críticos de los últimos años.
Contradicción educativa: La mayor caída se dio en la población con posgrado, donde solo el 50% se considera feliz, una disminución del 19,4% respecto al primer trimestre de 2025.
Excepción en la tercera edad: El único grupo que experimentó un aumento notable fue el de personas de 50 a 59 años, que creció un 8,7% en su percepción de felicidad.
La necesidad urgente de políticas de bienestar
La investigación utilizó la Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS), una herramienta empleada por organismos como la UNESCO y la OMS. El estudio se realizó en siete ciudades del país y tiene un claro mensaje para la política pública.
La doctora Florencia Rubiolo, directora de Insight 21, explicó la gravedad del resultado: «Con niveles que se ubican entre los más bajos en casi una década, los resultados del informe destacan la necesidad de diseñar políticas públicas y estrategias organizacionales que fortalezcan el bienestar emocional, la salud mental y la calidad de vida».
Medir la felicidad permite anticipar desafíos de desarrollo humano sostenible, y la actual tendencia a la baja indica una alta fragilidad social. Aunque el 43% de los encuestados todavía siente que ha logrado sus metas importantes, solo el 33,1% está conforme con la mayoría de los aspectos de su vida, una señal de alarma sobre la insatisfacción y el estrés que atraviesa la población argentina.

