Argentina / Política | Milei no frena ataque a la prensa: «Vamos a bajarlos de esa Torre de Marfil en la que creen que viven»

El presidente Javier Milei volvió a cuestionar al periodismo, al prometer que su Gobierno se encargará de "bajarlos de esa Torre de Marfil en la que creen que viven". A través de su cuenta de X, el mandatario reclamó libertad de expresión “para todos”, y acusó a los profesionales de la comunicación de haberse “corrompido, ensuciado y prostituido al calor de los sobres y la pauta oficial". ADEPA ya había dado su repudio a otros ataques de los últimos días del anarco capitalista contra periodistas, que hasta festejó que Perfil cerrara por quiebra

“El periodismo se ha acostumbrado, a lo largo de las últimas décadas, a que deben ser tratados como profetas de la verdad única e incontrastable, a los que no se puede criticar, ni desmentir, ni corregir”, remarcó en un duro posteo de X, y agregó: “Si alguien osa cometer esa imprudencia, es castigado al unísono por todos los miembros de la corporación y sus agrupaciones”.

En la misma línea, el jefe de Estado precisó que “lo indignante de todo esto no es la pretendida superioridad de quienes ejercen un rol que, en esencia, es efectivamente noble sino que al igual que ha ocurrido con todo el resto de las cuestiones vinculadas a la política, el periodismo se ha corrompido, ensuciado y prostituido al calor de los sobres y la pauta oficial”.

“La extorsión es moneda corriente. La mentira, la difamación, la calumnia son algo frecuente también. Primero te pegan, y después te pasan la factura. Cifras siderales”, puntualizó, y completó: “Pero como la mayoría de los políticos son los que pagan, quedan presos de su propia trampa, ya que nunca pueden contestar los ataques a riesgo de que expongan sus negocios”.

Para el mandatario, el conflicto con los integrantes de La Libertad Avanza reside en que no negocian “con nadie” y no se van a “quedar callados frente a las operaciones, la mentira, la calumnia, la injuria o la difamación”. “Vamos a contestar. Vamos a decir nuestra verdad. Vamos a bajarlos de esa Torre de Marfil en la que creen que viven”, contrarrestó el Presidente.

“Porque libertad de expresión significa que nadie puede evitar que hablemos. Ni siquiera los sagrados periodistas”, concluye el comunicado emitido a través de las redes.

En una réplica a declaraciones de Milei, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) advirtió que las “descalificaciones presidenciales injuriantes” a medios de comunicación y periodistas pueden generar un “clima de hostilidad e intimidación de la labor periodística”.

“Todo funcionario tiene derecho a disentir, desmentir, replicar y criticar una información u opinión publicadas. Incluso el funcionario puede sentirse agraviado y tiene derecho a defenderse. Pero debe hacerlo honrando su responsabilidad institucional”, sostuvo ADEPA.

La entidad agregó: “Reemplazar esa actitud, aun firme y vehemente, por la argumentación descalificante, el ataque ad hominem, la injuria o la generalización estigmatizante de la profesión, genera un clima de hostilidad e intimidación de la labor periodística en sí”.

“Esto puede provocar efectos nocivos, como la autocensura y el acoso digital, que incluso podría traducirse en violencia de otro tipo”, remarcó ADEPA, en un documento que tituló: “Un debate libre y vibrante no necesita la descalificación”.

El lunes, en una entrevista con el conductor Alejandro Fantino, en radio Neura, Milei lanzó descalificaciones personales contra profesionales de distintos medios, en general sin dar sus nombres, pero sí con alusiones bastante explícitas. Dos días antes había seguido el mismo camino con una alusión despectiva al columnista de LA NACION Joaquín Morales Solá.

Milei también apuntó a Jorge Fontevecchia, a quien identificó como “Tinturelli” y dijo que su diario “está camino a la quiebra”. El Presidente la emprendió, además, contra el columnista de LA NACION Jorge Fernández Díaz, a quien buscó refutar artículos en los que se refirió al gurú libertario Murray Rothbard, autor de “Populismo de derecha”.
Tampoco la mencionó por su nombre, pero el Presidente descalificó a la periodista Romina Manguel. Lo hizo ante una consulta sobre la frase del diputado Alberto “Bertie” Benegas Lynch acerca de la obligatoriedad de la educación que despertó polémica durante el fin de semana. Había sido en una conversación en FM Milenium.
En el mismo comunicado, ADEPA sostuvo que “no es una buena noticia para las democracias el desafío económico que vive la industria periodística en todo el mundo, a raíz, entre otras cosas, de los abusos de los gigantes tecnológicos en el mercado publicitario y de distribución de contenidos”.

“Por eso, el mundo capitalista y desarrollado está preocupado por la sustentabilidad del periodismo para la salud del debate democrático, como acaba de señalar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No es nada feliz que se celebren los problemas de la industria o de una empresa periodística en un momento en el que la democracia necesita como nunca del periodismo para mostrar los hechos relevantes, auditar el ejercicio del poder y favorecer una discusión informada de la ciudadanía, que trascienda los eslóganes, la viralización y las cámaras de eco”.

En la misma línea, la entidad afirmó: “Como decía nuestro reciente informe, «no se trata de una función autoasignada, sino del lugar que nuestros constituyentes de 1853/60, como los de toda democracia desarrollada, le asignaron. No se tuteló con esto un privilegio, sino el derecho de la ciudadanía a recibir la información que le permite conocer cómo se administran sus intereses”.

ADEPA concluyó el comunicado con una frase elocuente: “La hora demanda discusiones elevadas, firmes y aún vehementes, no argumentar descalificando e insultando”.